El cardenal Spengler denuncia “el encubrimiento de intereses bajo nombres como capitalismo verde”

  • Las Iglesias del Sur Global han presentado hoy en el Vaticano un documento previo a la COP30
  • Emilce Cuda llama a “desarmar discursos negacionistas y tomar en serio el cambio climático”

Cardenal Jaime Spengler

‘Un llamado por la justicia climática y la Casa común: conversión ecológica, transformación y resistencia a las falsas soluciones es el título del mensaje conjunto de las conferencias y consejos episcopales católicos de África, América Latina y el Caribe, y Asia hecho público hoy durante una rueda de prensa en el Vaticano.



Jaime Spengler, OFM, arzobispo de Porto Alegre y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) y de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB, por sus siglas en portugués), ha alzado su voz junto a la de “los pueblos amazónicos, los mártires de la tierra, las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas que han cuidado con ternura la vida en medio de la amenaza”.

Para el purpurado brasileño, este documento “no es un gesto aislado. Es fruto de un proceso sinodal, de un discernimiento espiritual y comunitario entre las Iglesias hermanas del Sur Global”, que “contiene los principales puntos de defensa, propuestas y denuncias de la Iglesia, de acuerdo con el magisterio de Francisco y León XIV, en relación con la crisis climática y los temas que se debaten en la COP30″.

Según Spengler, el texto deja claro que “no hay justicia climática sin conversión ecológica, y no hay conversión ecológica sin resistencia a las falsas soluciones”.

“¿Cómo podemos permitir que un mercado sin regulaciones éticas decida el destino de los ecosistemas más vitales del planeta? ¿Cómo podemos aceptar que la solución climática sea un negocio para unos pocos y un sacrificio para los pueblos indígenas, los afrodescendientes y las comunidades locales?”, se ha preguntado el cardenal.

Spengler ha denunciado también “el encubrimiento de intereses bajo nombres como ‘capitalismo verde’ y ‘economía de transición’, que perpetúan lógicas extractivas y tecnocráticas. Rechazamos la financiación de la naturaleza, los mercados de carbono, los llamados ‘monocultivos energéticos’ sin consulta previa, la reciente apertura de nuevos pozos petroleros, aún más grave en la Amazonía, y la minería abusiva en nombre de la sostenibilidad”.

Sin embargo, ha afirmado que abrazan la “feliz sobriedad de la que habló Francisco, inspirada en el ‘buen vivir’ de los pueblos amazónicos”, al tiempo que “nos comprometemos con una transición justa, popular y comunitaria, centrada en las mujeres, los jóvenes y las comunidades”.

Así, desde la región que albergará la COP30, “ofrecemos el compromiso eclesial de educar en ecología integral, acompañar a las comunidades que sufren y permanecer vigilantes con un Observatorio de Justicia Climática que será impulsado por la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) y que promoverá, entre otros estudios, el monitoreo de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional”.

“Estamos convencidos de que la conversión ecológica no es una opción para los cristianos, sino un llamamiento del Evangelio, y creemos, con la esperanza pascual, que aún es posible cambiar de rumbo. Lo haremos con los pies en la tierra y el corazón en el Reino”, ha concluido.

Asia se une al clamor global

Por su parte, Filipe Neri Ferrão, arzobispo de Goa e Damão (India) y presidente de la Federación Asiática de Obispos Católicos (FABC, por sus siglas en inglés), ha recalcado que desde Asia se unen al clamor global por “una transformación que no sea solo técnica, sino ética, profética y profundamente humana”.

“Nuestro mensaje no es diplomático, es pastoral. Es un llamado a la conciencia ante un sistema que amenaza con devorar la creación, como si el planeta fuera una mercancía más”, ha agregado, para luego completar: “No se trata solo de cambiar políticas; se trata de cambiar corazones. Queremos que la COP30 no sea un evento más, sino un punto de inflexión moral”.

Según ha explicado el purpurado indio, “en Asia, millones de personas ya sufren los efectos devastadores del cambio climático: tifones, migración forzada, pérdida de islas, contaminación de ríos… Y mientras tanto, avanzan falsas soluciones: megainfraestructuras, desplazamientos en busca de energías ‘limpias’ que no respetan la dignidad humana y minería desalmada en nombre de las baterías verdes”.

Ante esto, “es urgente poner en funcionamiento el Fondo de Pérdidas y Daños y, junto con el fondo de adaptación, centrado en el desarrollo de la resiliencia climática, garantizar el acceso prioritario a las comunidades afectadas”.

Asimismo, ha insistido en que “es necesario que los países más desarrollados reconozcan y asuman su deuda social y ecológica, como los principales responsables históricos de la extracción de recursos naturales y las emisiones de gases de efecto invernadero”.

Filipe Neri Ferrão, cardenal presidente de las Conferencias Episcopales de Asia

Filipe Neri Ferrão, cardenal presidente de las Conferencias Episcopales de Asia

El cardenal Neri exige “una financiación climática justa y accesible para las comunidades y organizaciones locales, incluidas las mujeres, que no genere más deuda, para garantizar la resiliencia en el Sur Global”. Asimismo, “exigimos que se escuche la sabiduría ancestral de nuestras comunidades”.

El purpurado insta también a detener “la expansión de los combustibles fósiles y expandir las soluciones de energía limpia y renovable en consulta con hombres y mujeres de las comunidades locales, especialmente las soluciones descentralizadas”.

En su alocución, el cardenal de India ha señalado que, como Iglesia, “más allá de las críticas, queremos promover alternativas: programas educativos, nuevas vías económicas basadas en el decrecimiento, economías circulares, espiritualidad ecológica, políticas de protección, acompañamiento a mujeres y niñas —las más afectadas— y fortalecimiento de redes interreligiosas para la defensa de la vida”.

“África quiere respirar”

Fridolin Ambongo Besungu, O.F.M, Cap., arzobispo de Kinshasa (República Democrática del Congo) y presidente del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM, por sus siglas en inglés), ha llevado hasta Roma la voz de las Iglesias de su continente, “empobrecida por siglos de extractivismo, esclavitud y explotación”.

“África no es un continente pobre; es un continente saqueado. Por eso, este documento no es solo un análisis: es un clamor por la dignidad. Los pastores del Sur Global exigimos la justicia climática como un derecho humano y espiritual”, ha aseverado.

Para el purpurado africano, “es urgente actuar para evitar impactos irreversibles en el clima y los sistemas naturales. Por lo tanto, exigimos una economía que no se base en el sacrificio de los pueblos africanos para enriquecer a otros”.

Fridolin Ambongo Besungu

Fridolin Ambongo Besungu

“¿Cómo podemos aceptar que, en nombre de la ‘transición energética’, comunidades enteras sean exterminadas en la búsqueda de litio, cobalto o níquel? ¿Cómo podemos tolerar que los mercados de carbono transformen nuestros bosques en activos financieros, mientras nuestras comunidades siguen privadas de agua potable?”, se ha preguntado el cardenal.

“¡Decimos que ya es suficiente, basta de falsas soluciones, basta de decisiones tomadas sin escuchar a quienes viven en primera línea del colapso climático!”, ha exclamado Ambongo.

Según ha explicado, “proponemos una transformación que priorice el cuidado de la vida, la soberanía de los pueblos indígenas y rurales sobre sus territorios y la defensa activa de los derechos de las mujeres, los migrantes climáticos y las nuevas generaciones”.

“África quiere vivir. África quiere respirar. África quiere contribuir a un futuro de justicia y paz para toda la humanidad. Y lo hará con su fe, su esperanza y su invencible dignidad”, ha subrayado.

Justicia ambiental

Por otro lado, Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, ha sido la última en intervenir para recordar que, “como los Tres Reyes Magos, estos tres cardenales de las conferencias episcopales de la Iglesia católica del Sur Global, nos traen tres regalos: una renovada fe en Dios y una firme confianza en la humanidad; el clamor por una nueva justicia ambiental como forma más alta de caridad; y la certeza de que la esperanza no defrauda.

La laica argentina ha apostado por “desarmar discursos negacionistas y tomar en serio el cambio climático”. Así, “como apóstoles misioneros de una Iglesia sinodal en salida iremos a la COP30 a construir esa paz en medio de esta guerra a pedazos contra la creación, donde mueren muchos y morirán aún más si no actuamos ya”, ha concluido.

La secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, Emilce Cuda

La secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, Emilce Cuda

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