Al menos doce menores han podido ser identificados ya como víctimas del sacerdote burgalés detenido y enviado a prisión por, presuntamente, hacerse pasar por mujer para solicitar vídeos y fotos sexuales a menores. Fue el pasado miércoles cuando la Policía Nacional le detuvo y el viernes cuando el juez le envió a la cárcel como supuesto autor de un delito de exhibicionismo.
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Según ha desvelado ‘Diario de Burgos’, hasta el momento ya se han identificado a doce víctimas, que pertenecen a la región, pero también a otras provincias. El equipo responsable de la investigación no descarta que haya más menores involucrados, en tanto que contactaba a través del móvil. El alcance de su actividad se determinará cuando los policías puedan examinar con detalle tanto los teléfonos como los soportes informáticos del sacerdote.
El punto de partida
La investigación comenzó hace unos meses, después de que los padres de un menor denunciaran en una comisaría burgalesa que su hijo había enviado fotos de sus genitales a una mujer, que se las habría pedido a cambio de mostrarle a él sus pechos. Cuando la Brigada Policial Judicial y el Grupo de Delitos Tecnológicos de Burgos rastrearon el número de teléfono, descubrieron que detrás de esa supuesta mujer se encontraba un hombre, un sacerdote.
Según ha podido confirmar Vida Nueva, el detenido pertenece a la nueva generación de curas de la Archidócesis, con apenas 38 años y desde el pasado año servía a una veintena de pueblos de la zona de Lerma, además de ser capella de una comunidad de vida contemplativa. Además de ser un referente en la pastoral infantil y juvenil, fue profesor en el seminario de Burgos y director espiritual del Colegio de Saldaña.
Cercanía y disponibilidad
El Arzobispado de Burgos ha emitido un comunicado en el que visibilizada su “total colaboración” con las autoridades dentro de la investigación y mostraba su respaldo a la familia de las víctimas: “Ante esta situación, desconociendo aún el alcance de los hechos, queremos manifestar nuestra cercanía, disponibilidad y apoyo a las víctimas y sus familias, lamentando profundamente el daño que se haya podido ocasionar”.
De la misma manera, anunciaba “la suspensión cautelar del ministerio”, esto es, de todas las funciones propias del sacerdote al adoptar “las medidas canónicas pertinentes”. En paralelo, desde la Archidiócesis manifiestan que ponen “a disposición del sacerdote el acompañamiento necesario para abordar esta situación y ofrecemos consuelo a su familia”.