León XIV acoge los “deseos de paz y serenidad” de las Iglesias del oriente

A las puertas de la solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Papa recibe en audiencia al patriarcado de Constantinopla y a los peregrinos de la Iglesia ucraniana

León XIV acoge los “deseos de paz y serenidad” de las Iglesias del oriente

Las distintas delegaciones están llegando a Roma para celebrar la fiesta de los santos Pedro y Pablo. Así el papa León XIV ha recibido en una audiencia en el Palacio Apostólico a la delegación de la que él mismo ha denominada “Iglesia hermana de Constantinopla”. Al frente del grupo ha estado el patriarca Bartolomé con quien ha deseado crecer hacia la plena comunión visible.

El objetivo de “restablecer la plena comunión visible entre nuestras Iglesias” es algo que “sólo se puede alcanzar con la ayuda de Dios, a través de un compromiso continuo de escucha respetuosa y de diálogo fraterno”, señaló el Papa en su intervención. León XIV se mostró “abierto a cualquier sugerencia al respecto, consultando siempre a mis hermanos obispos de la Iglesia católica, que comparten conmigo, cada uno a su manera, la responsabilidad de la unidad plena y visible de la Iglesia”.

“Los venerados sucesores en las sedes de Roma y Constantinopla han continuado con convicción el mismo camino de reconciliación, fortaleciendo aún más nuestras relaciones”, añadió León XIV. Además, agradeció al patriarca Bartolomé, “el testimonio de entrañable cercanía hacia la Iglesia católica” que supuso “su participación personal en los funerales del papa Francisco y luego en la Misa inaugural de mi Pontificado”.

Patriarcado De Constantinopla Vaticano Leon Xiv

El dolor por la guerra

Al final de la mañana, ya en la Basílica de San Pedro, saludó a los 4.000 fieles de la Iglesia greco-católica llegados a Roma desde Ucrania y otros países en peregrinación jubila. León XIV mostró su cercanía a la “atormentada Ucrania”, que vive “esta guerra sin sentido”. “Muchos de vosotros, desde que empezó la guerra, seguramente os habéis preguntado: Señor, ¿por qué todo esto? ¿Dónde estás? ¿Qué debemos hacer para salvar a nuestras familias, nuestros hogares y nuestra patria?”, les interpeló el Papa. Y es que, añadió, “ereer no significa tener todas las respuestas, sino confiar en que Dios está con nosotros y nos da su gracia, que Él pronunciará la última palabra y la vida vencerá a la muerte”.
“La fe, queridos, es un tesoro para compartir. Cada momento trae consigo dificultades, adversidades y desafíos, pero también oportunidades para crecer en la confianza y el abandono en Dios”, prosiguió el pontífice tras destacar el mensaje de esperanza del Jubileo y recordando a todos los que dejaron la “hermosa tierra” de Ucrania, “rica en fe cristiana, fecundada por el testimonio evangélico de tantos santos” y ahora “regada con la sangre de tantos mártires”. El Papa terminó su intervención confiando  al Señor las intenciones de todos los peregrinos, sus “fatigas y dramas cotidianos” y, sobre todo, “sus deseos de paz y serenidad”.
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