En el día Día Internacional del Refugiado, la Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes (CEMI) de la Conferencia Episcopal Argentina, se une al clamor por quienes están en esa situación de movilidad, bajo la consigna: ¡Junto a los refugiados somos misioneros de esperanza!
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El equipo valoró “la tenacidad de los refugiados, su fuerza, su testimonio, la esperanza que depositan en un futuro en el que la vida surja y resurja en medio de las dificultades”, que los llevaron a dejar su patria y el suelo que los vio nacer para, muchas veces, elegir la vida.
Asimismo, aseguraron que los refugiados son misioneros de la esperanza porque, más allá de las fronteras, buscan preservar la vida y aprenden a amar la tierra que los cobija, ofreciendo de sí el testimonio de la fe y de la unión en valores comunes.
Sin miedos, sin amenazas
“Ellos nos recuerdan que como Iglesia, nuestra patria es la que queremos alcanzar y está en Dios”, señalaron. Y agregaron que todos merecemos vivir bien, sin miedos o temores y sin amenazas, con la responsabilidad de ser presencia significativa que construye la esperanza.
La Comisión Episcopal anhela poder caminar juntos, viviendo la solidaridad más allá de nuestras fronteras, con la convicción de que en el mundo hay semillas del Reino de Dios para, conjuntamente, hacerlas dar fruto, “haciendo realidad la justicia y la paz en nuestro país”.
La Iglesia, con su llamado a la inclusión, mira hacia un “nosotros siempre más grande”, con cuidado y amistad a los hermanos refugiados para que todos podamos decir “esta es mi casa, aquí puedo vivir, aquí puedo continuar mi historia, aquí es posible la esperanza”.