Finalizado el Encuentro Nacional, y después de estas jornadas de reflexión, la Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes (CEMI) emitió un mensaje con el título “Migrar es un derecho humano y gobernar es poblar”.
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Durante estos días los referentes de la pastoral de migraciones e itinerantes de todo el país compartieron proyectos, iniciativas y sueños, teniendo en cuenta a los menos favorecidos. Destacaron, especialmente, el servicio y el compromiso de muchas personas y comunidades que “ponen el cuerpo a este desafío”.
Migrar no es un delito
Ante el anuncio de cambios en el al régimen migratorio mediante el DNU 366/2025, que afectan principios fundamentales de la Constitución Nacional y estigmatizan a quienes optan por habitar esta tierra, los miembros de esta área mostraron su preocupación, y afirmaron que no se trata sólo de la migración, sino de ser fieles a la historia de este país.
Recordaron que la Ley de Migraciones vigente fue elaborada con un profundo consenso democrático, entre los distintos sectores sociales, y es reconocida como un modelo por su enfoque humanitario y por garantizar el respeto a los derechos humanos.
En su primer artículo establece: “el derecho a migrar es esencial e inalienable de toda persona”. Esta norma no ignora la necesidad de los controles migratorios, pero parte de una clara premisa: migrar no es un delito.
Desafíos migratorios
“Un país que se cierra al mundo se empobrece no sólo demográficamente, sino también en lo cultural y en lo económico. Se pretenden justificar reformas regresivas en nombre de la seguridad”, afirmó la Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes.
Asimismo, el organismo del Episcopado agregó que todo delito debe ser prevenido y hasta sancionado según el derecho penal, sin recurrir a generalizaciones xenofóbicas o discriminatorias que estigmatizan a los migrantes y a las comunidades.
Seguidamente, y de acuerdo a la reforma promovida, señalaron que negar o dificultar el acceso a la salud, a la educación o a la protección social, no sólo vulnera tratados internacionales suscriptos por el Estado argentino: “vulnera nuestra humanidad. Frente a los desafíos migratorios de hoy, la única respuesta sensata es la de la solidaridad y la misericordia”.
Piden a las autoridades rever estas medidas anunciadas y sostener el respeto irrestricto a la Ley 25.871, y reafirmar un modelo migratorio que combine legalidad, inclusión y derechos.
Teniendo en cuenta que este mensaje se da en el fin de semana de la Colecta Anual de Cáritas Argentina, que desea “seguir organizando la esperanza”, piden que estas iniciativas y propuestas solidarias alcance a los “hermanos migrantes más necesitados”.
Para concluir, y en el marco del año jubilar de la Esperanza, la Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes, anhela que el Padre misericordioso escuche las oraciones e ilumine a los gobernantes. También esperan que la Virgen de Luján, cuide y proteja a nuestros “migrantes, misioneros de esperanza”.