Una nueva página se escribe en la historia de la Iglesia colombiana, Alfonso García López, hasta entonces párroco en Istmina–Tadó, se convierte en el segundo obispo afro de Colombia y en el séptimo vicario de Guapi.
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Así León XIV sigue la senda de su predecesor Francisco al dar esta responsabilidades a referentes de la pastoral afrocolombiana a sacerdotes negros. El primero fue Wiston Mosquera, obispo de Quibdó.
Es que Guapi, territorio con amplia presencia de comunidades afrocolombianas e indígenas, en Cauca al sur de Colombia, fue erigido en 1954 como prefectura apostólica. En 2001 fue elevado a vicariato por el entonces papa Juan Pablo II.
Tiene una extensión de 10.000 km2, distribuidos en 10 parroquias con una población de más de 7 mil fieles, según datos del Anuario pontificio de 2022. También ocupa una parte del departamento de Nariño.
Perfil del nuevo obispo
García tiene 27 años de sacerdote. Con 54 años, nació el 23 de febrero de 1971 en Juradó (Chocó), un municipio en la costa del pacífico norte limítrofe con Panamá. Fue ordenado sacerdote el 21 de febrero de 1998.
Desde entonces ha estado incardinado en Instmina Tadó al servicio de comunidades del de este departamento. Cuenta con una destacada trayectoria académica en áreas teológicas y administrativas.
Es licenciado en filosofía y educación religiosa (Universidad Católica de Oriente, 2000), una especialización en pedagogía y didáctica (2002), una especialización teológica con énfasis en formación sacerdotal en el Instituto Teológico-Pastoral para América Latina (2005).
Además tiene una maestría en administración de empresas y negocios internacionales (Universidad Phoenix, EE. UU., 2011) y una especialización en estudios bíblicos (Universidad Uniclaretiana, 2012).
Docente, párroco y exorcista
Sus encomiendas pastorales han sido diversas, como párroco, rector y vice-rector del Seminario Mayor San Pío X (2002-2003; 2006-2008), y responsable de pastoral universitaria (2009-2010). Fue párroco de la Catedral San Pablo Apóstol (2011-2018) y, recientemente, de la parroquia Espíritu Santo (2024).
Desde 2018 hasta la actualidad, ejerció como vicario general, exorcista, moderador de la curia y delegado de Pastoral sacerdotal en su diócesis.