Tras el atentado contra el senador y precandidato Miguel Uribe Turbay, cuyo diagnóstico es reservado, Colombia está asimilando el duro golpe, con etupefacción ven el retorno de la violencia política de hace décadas.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Por lo que el departamento de relaciones Iglesia- Estado del Episcopado y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos han llamado a firmar un pacto de no agresión entre organizaciones políticas.
Por lo que pidieron a los partidos, movimientos, funcionarios públicos y sociedad en general a suscribir una serie de compromisos para el desarrollo de un proceso electoral “libre y en paz” en 2026.
El manifiesto se resume en nueve puntos, sustentados en el respeto absoluto de la vida de los adversarios políticos; así como rechazar cualquier tipo de violencia que se pueda presentar contra personas que aspiren a cargos de elección popular en las venideras elecciones presidenciales.
Un punto de honor: “defender la democracia” como principio fundamental de la actuación política; todo ello pasa por fomentar una cultura de inclusión, respeto por el pluralismo y reconocimiento del valor de las propuestas e ideas diferentes.
Invitación a todos
Iris Marín, defensora del pueblo, invitó a todos los actores políticos a que “suscriban este acuerdo” como también a todas las altas ramas del poder público, principales garantes de la democracia.
Por su parte, el cardenal Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá, ha insistido en el diálogo.
Recordó a quienes dirigen a Colombia “no incendiar al país” con discursos polarizantes, porque “queremos derrotar la violencia, ser tejedores de paz y de reconciliación”.
Se solidarizó con la familia Uribe Turbay a quienes en este momento de dolor “rodeamos con oración”, pidiéndole al Señor que salve la vida del político –con apoyo de la ciencia médica – que hoy se debate entre la vida y la muerte.