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Los obispos argentinos sobre Francisco: “No volvió, pero vino”

| 07/05/2025 - 03:00

‘Francisco, padre y pastor de todos’ es el mensaje de los obispos al Pueblo de Dios en el que destacaron el impacto de este pontificado





La Conferencia Episcopal Argentina, reunida en la 126º Asamblea Plenaria, envió un mensaje de reconocimiento a la figura del Papa y un agradecimiento por su vida y su Magisterio, después de haber compartido experiencias y enseñanzas de Francisco y su influencia en el camino pastoral de la Iglesia local.



En el medio del pueblo

“El Papa Francisco nos enseñó que como pastores hay que estar en medio del pueblo, quererlo y acompañarlo, y muchas veces seguir su sentido de la fe, su modo de amar”, expresaron los prelados al inicio de su carta dirigida al Pueblo de Dios, y reconocieron que se sienten conmovidos y “hasta empujados” por el cariño y la gratitud de la gente por la vida de Francisco.

Seguidamente, pasaron a detallar muchos aspectos que animaron a la Iglesia durante estos doce años:

  • Que el nombre de Dios es Misericordia, porque la experimentó en su propia vida, y recordaba que Dios abraza a cada uno como es porque un Padre bueno que sale siempre al encuentro.
  • Animó a toda la Iglesia y a la humanidad a recrearse en los vínculos desde la misericordia, con el sueño de la fraternidad universal.
  • Pidió: “Cuidémonos los unos a los otros, cuídense entre ustedes, no se hagan daño, cuiden la vida, la familia, la naturaleza, a los niños y a los viejos… No le saquen el cuero a nadie, por el contrario, dialoguen, y que este deseo de cuidarse crezca en el corazón” (a los argentinos en madrugada del 19 de marzo de 2013)
  • Que Francisco fue un faro de empatía en una sociedad individualista, un profeta de la dignidad humana en un mundo atravesado por la inequidad y las guerras.
  • Durante la pandemia, enseñó que nadie se salva solo, y hay necesidad de los otros para ocuparse de los hermanos más frágiles y vulnerables.

Está aquí

Reconociendo que es imposible expresar todo lo que aprendieron de él, los obispos argentinos afirmaron que estarán siempre agradecidos por su testimonio de pastor y padre. “Su herencia nos compromete a concretar su magisterio, animando a nuestra Iglesia argentina a ser un hospital de campaña que recibe a los heridos de la vida, una iglesia “sin puertas”, abierta a todos, todos, todos. Y a forjar entre los argentinos la cultura del encuentro tendiendo puentes porque somos hermanos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz (Fratelli Tutti, 8).

Además, destacaron que con los beatos y santos nombrados por él, mostró lo mejor que tiene el pueblo argentino. Siguiendo estas huellas y por su intercesión, como obispos pidieron “perdón por las veces que no estuvimos a la altura del magisterio de Francisco“, y cayeron en discusiones estériles que solo paralizaron la acción pastoral y enfriaron el ardor y la audacia apostólica.

Ante la pregunta de muchos sobre por qué no vino a la Argentina, creen que la respuesta está “en estos días en que todos lo sentimos tan cerca, tan entre nosotros”, y agregaron que “su último viaje sentimos que fue a nuestro país, está aquí, y este debe ser un fuerte impulso misionero a anunciar la alegría del Evangelio y, unidos, esperar y acompañar al nuevo pastor universal que nos regale el Espíritu Santo en el próximo cónclave”.

Para concluir, pidieron a Dios que reciba a Francisco en el cielo, y encomendaron a la Virgen de Luján este tiempo de la Iglesia.

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