Vaticano

Así vivirá hoy el inicio del cónclave el próximo papa

| 07/05/2025 - 09:56

  • Ha pasado su primera noche en Santa Marta, el lugar que Francisco escogió para vivir y donde permanecerán todos los cardenales hasta elegir a su sucesor
  • Esta tarde, se encerrará con llave y junto a sus 132 compañeros electores bajo el ‘cielo’ único que regaló al mundo en 1512 Miguel Ángel Buonarroti





Ayer, martes 6 de mayo, los 133 cardenales que elegirán al sucesor de Pedro tras Francisco ya empezaron a ‘esconderse’ del mundo, pasando la noche donde lo harán mientras dure el cónclave que hoy empieza: en Santa Marta. La residencia sacerdotal, situada al lado izquierdo de la Basílica de San Pedro, fuera de la escalinata de Bernini y cercana al lugar en el que comienzan los jardines vaticanos, fue el lugar que escogió para vivir un Bergoglio que renunció a hacerlo en el Palacio Apostólico. Y es, desde que así lo dispusiera Juan Pablo II, el sitio que acoge a los purpurados mientras afrontan la abismal misión de elegir entre ellos a quien se vista de blanco.



El próximo papa se habrá levantado hoy (no sabemos si a las cuatro y media de la mañana, como hacía Francisco) en una sencilla habitación de paredes y cortinas blancas y un puñado de muebles marrones. Dividida en dos pequeñas estancias, en la primera, a modo de recibidor, hay dos armarios, una mesa y dos sillas contrapuestas (tapizadas en verde), además de un teléfono, una pequeña nevera de un metro y un sillón individual también verde.

Desnuda sencillez

En la segunda estancia están una mesita, un calefactor, una televisión, una percha de suelo y la cama, sobre la que hay un crucifijo desnudo, sin la figura de Jesús. En ambas salas hay dos amplios ventanales. Si el purpurado es afortunado, las vistas darán lugar directamente a San Pedro. Anexo a la segunda habitación, hay un cuarto de baño muy funcional, con una bañera, un urinario, un bidé y un lavabo.

Un cardenal entra en el Vaticano

Una vez que el futuro papa se haya preparado para afrontar la jornada, cerrará su habitación con una llave de la que cuelga un llavero verde en el que se indica el número de la estancia y, en dorado, tres iniciales: “D.S.M.”. Domus Santa Marta.

Procesión solemne

A las diez, se trasladará junto a sus 132 compañeros a la Basílica de San Pedro, donde el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, celebrará la misa ‘pro eligendo Pontífice’. Tras la comida y un breve descanso, a las cuatro y media de la tarde, todos los electores desfilarán en procesión invocando a los santos para que intermedien por ellos ante el Espíritu Santo y, al fin, tras el ‘extra omnnes’ (todos fuera), se cerrará la Capilla Sixtina.

Esta misma tarde tendrán lugar las dos primeras vocaciones del cónclave. Es previsible que muchos depositen su papeleta con un nudo en la garganta, pues, además de la alta responsabilidad de elegir a un pontífice, debe embriagar el alma la sensación de hacerlo allí donde Miguel Ángel Buonarroti, entre 1508 y 1512, por encargo de Julio II, pintó absolutamente toda la bóveda a mano, dedicando la mayor parte de las creaciones a ilustrar el Génesis. Fue una obra monumental y que le quebró la salud, pues lo hacía subido a un andamio de 20 metros y completamente encorvado y con el brazo en alto durante horas, cayéndole constantemente gotas de pintura al rostro.

El mismo Miguel Ángel reconoció que estuvo a punto de abandonar el proyecto varias veces por la tortura física que supuso para él… Pero, como hoy agradece la humanidad, no lo hizo y contamos con una de las obras de arte más impactantes de todos los tiempos: el cielo sobre el que el próximo papa acepte una misión universal e histórica sin parangón.

La Capilla Sixtina, preparada para el cónclave

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