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Más que kits de supervivencia, los obispos del País Vasco y Navarra sueñan con un papa que, como Francisco, clame “por la paz”

| 06/05/2025 - 13:42

  • Publican de un modo conjunto “un mensaje necesario y urgente” frente “al miedo y la incertidumbre”
  • Al presentar el documento, Roselló, Elizalde, Segura y Prado creen que en el cónclave habrá “continuidad” del legado bergogliano





Nadie duda de que estamos en un tiempo de cambio de paradigma global y en el que emergen los intereses de las élites, que no tiemblan al imponer a la ciudadanía un precio de violencia y retroceso de los derechos humanos. Signos de ello son la guerra en Ucrania, en pleno suelo europeo, o el hecho de que los habitantes de Gaza estén muriéndose literalmente de hambre por el bloqueo de Israel. Sin olvidar el ascenso de los populismos a lo largo y ancho del planeta.



Frente a este oscuro panorama, este 6 de mayo, los obispos del País Vasco y Navarra han difundido un mensaje conjunto bajo este interpelante título: ‘Preparemos kits de esperanza y caridad’. Así, con el fin de ofrecer “una alternativa cristiana frente al miedo y la incertidumbre”, los prelados consideran esencial “avivar la esperanza y proponer a todas las personas de buena voluntad un mensaje necesario y urgente en favor de la paz”.

Un compromiso de futuro

La misiva, firmada por los obispos de Pamplona y Tudela, Florencio Roselló; Vitoria, Juan Carlos Elizalde; Bilbao, Joseba Segura; y San Sebastián, Fernando Prado, consideran que, pese al convulso contexto global, hay que continuar y concretar “el legado de Francisco a favor de la paz”, que “se convierte para nosotros en un compromiso de futuro”.

Con emoción, los pastores dirigen la mirada a su mensaje de Pascua, el día antes de su propia muerte. En él, Bergoglio insistió en que “la paz no es posible sin un verdadero desarme. La exigencia que cada pueblo tiene de proveer a su propia defensa no puede transformarse en una carrera general al rearme. La luz de la Pascua nos invita a derribar las barreras que crean división y están cargadas de consecuencias políticas y económicas”.

Volviendo ahora a su última carta pastoral conjunta, que los obispos del País Vasco y Navarra publicaron en Cuaresma y que se tituló ‘El contraste paciente’, en ese mensaje recalcaron que “este compromiso con la paz y el diálogo ‘no es una estrategia opcional, sino una exigencia que brota del corazón mismo del Evangelio’”. Por ello, “como seguidores de Jesús resucitado, queremos proponer la paz y la esperanza como camino de renovación para el mundo”.

Un futuro más humano

En este “marco internacional tan convulso”, Roselló, Elizalde, Segura y Prado insisten en que “no queremos conformarnos con ser espectadores. Junto con otros, queremos construir un futuro más humano y abierto a la fraternidad”.

Así, haciendo un juego lingüistico con el “kit de supervivencia” que las autoridades europeas animan estos días a tener en casa ante eventuales grandes desastres globales, ellos creen que la mejor “alternativa” es “preparar un kit de paz y esperanza”. Y es que, si bien el primero “solo alimenta el miedo y la desconfianza”, el cristiano tiene como gran fin “renovar la serenidad y la confianza en nuestros hogares y comunidades”.

Frente al miedo que paraliza, la esperanza que moviliza. Frente a la lógica del enfrentamiento, la lógica del encuentro que construye comunidad”, abundan con tono firme.

Petición a la clase política

Pero, más allá de dirigir este mensaje a la ciudadanía, los representantes eclesiales se dirigen a “las autoridades políticas y a los responsables institucionales”, reclamándoles “redoblar todo esfuerzo por encontrar caminos para la paz y la estabilidad”.

Obispos del País Vasco y Navarra

Que callen las armas y se fortalezcan los canales de la diplomacia para construir con valentía y creatividad espacios de negociación orientados a una paz justa y duradera. Necesitamos mensajes de confianza y tranquilidad que generen alternativas sólidas, evitando acrecentar el miedo y la confusión”, concluyen.

Esta misma mañana, como ha informado Europa Press, los cuatro obispos han presentado el mensaje conjunto en el Seminario de San Sebastián. Y lo han hecho en una rueda de prensa en la que han aceptado preguntas de todo tipo de los periodistas. Cuestionados, claro, sobre el cónclave que desde mañana elige al sucesor de Francisco, no han dudado en ofrecer su opinión del mismo.

¿Un Francisco II?

En ese sentido, Prado ha explicado que, aunque “se habla de cuestiones polémicas, de rivalidades o de tendencias”, y siendo cierto que “algo de eso también hay”, la realidad más profunda es que existe “mucho más consenso en el Colegio Cardenalicio de lo que a veces los medios reflejan”.

Sobre el perfil del próximo papa, el obispo donostiarra ha sido claro al afirmar que “todo el mundo” espera una “continuidad” del legado bergogliano, siendo lo ideal “una especie de Francisco II, con otro nombre”. Eso sí, aunque lo mejor es que también “imprima su carácter” y sea fiel a sí mismo, sin imposturas”.

Además, el claretiano se ha aventurado a vaticinar que, “para el viernes, quizás, ya tengamos un nuevo Papa”. De hecho, “en los últimos tres o cuatro cónclaves anteriores así ha sido”, siendo al tercer día cuando el elegido se ha vestido de blanco. Sintiendo que “el Espíritu Santo ya lo ha elegido, ahora de lo que se trata es de que los cardenales que están allí sintonicen con el Espíritu para que se unan y, desde la armonía”, se concrete la elección en las votaciones.

No hay dos papas iguales

Por su parte, Segura cree que habrá “una continuidad grande en muchos elementos” con Francisco. Eso sí, “no hay dos papas iguales” y “cada uno aporta lo suyo”.

Elizalde ha expresado en voz alta su deseo de que salga elegido “un pastor de paz”. Algo necesario en un contexto convulso, donde hay “una orfandad enorme en la humanidad, al borde de un volcán internacional entre locos”.

Roselló se ha mostrado convencido de que el sello de Francisco “va a continuar”, pues “hay cuatro o cinco temas que son irrenunciables”, siendo el primero de ellos “la paz”. Y, en consecuencia, “la cuestión de los pobres, de los inmigrantes, de los presos y del cuidado del planeta”. Sin olvidar, claro, “el tema de los abusos”.

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