La violencia “que desangra” a México continúa entre las preocupaciones del Episcopado

Los obispos señalan, en su mensaje final tras la Asamblea Plenaria, que el país sigue “profundamente lastimado, pero no podemos acostumbrarnos a este dolor”

Conferencia del Episcopado Mexicano

En el marco de su CXVIII Asamblea Plenaria, efectuada del 28 de abril al 2 de mayo, los obispos de México dirigieron un mensaje al ‘Pueblo De Dios’, en el que expresaron su preocupación ante “la violencia que desangra nuestra patria. Junto con ustedes, hemos llorado a las víctimas de la delincuencia, de la corrupción, de la impunidad y del miedo. Sabemos que no hay paz sin justicia, ni justicia sin verdad, ni verdad sin amor”.



Para la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), “México sigue siendo un país profundamente lastimado, pero no podemos acostumbrarnos a este dolor. Nos sentimos interpelados a anunciar con claridad el Evangelio de la paz, que exige denunciar el pecado estructural, consolar a las víctimas y promover caminos concretos de reconciliación. No es ingenuidad, es fidelidad al Reino de Dios”.

En esta tarea, añadieron, “estamos comprometidos a seguir la ruta propuesta por la Agenda Nacional de Paz; reafirmamos nuestra esperanza y convicción de que la reconciliación y la paz para los que vivimos en México sí es posible“.

Hacia “una sociedad donde la vida tenga valor y la paz sea posible”

Los obispos mexicanos aseguraron que la violencia no cesa y va impactando directamente a las familias y a los diversos ámbitos de la sociedad, incluyendo la Iglesia Católica, “como fue el asesinato de los 8 jóvenes y 6 heridos del grupo juvenil en la comunidad de San José de Mendoza, de la Diócesis de Irapuato; las desapariciones forzadas de personas que terminan o en fosas clandestinas o incineradas o en las filas del crimen organizado; el alcoholismo y la drogadicción que se va extendiendo hasta las comunidades más alejadas; la reforma judicial, una de cuyas aplicaciones es la próxima elección para diversos cargos en el ámbito del poder judicial”.

Ante ese panorama “poco alentador” -señaló la CEM- “aprovechando el contexto del año santo jubilar, invitamos a todos los miembros del Pueblo de Dios a convertirse en signos de esperanza, comenzando con poner atención a todo lo bueno que hay en nuestro país, para no caer en la tentación de considerarnos superados por el mal y la violencia (cf. ‘Spes non confundit’, 7), a ‘no dejarse robar la esperanza’ (Papa Francisco)”.

Féretros jóvenes asesinados

Féretros de jóvenes asesinados en Salamanca, Guanajuato. Foto: Emaús Semanario. Diócesis de Irapuato

En ese sentido, llamó a ser una Iglesia donde todas las voces cuenten, especialmente las de las familias, las mujeres, los jóvenes, los pueblos originarios, los migrantes, las víctimas de la violencia y de cualquier discriminación; “sigamos construyendo familias sólidas, comunidades reconciliadas, y una sociedad donde la vida tenga valor y la paz sea posible. La garantía más contundente de nuestra esperanza es el Señor resucitado”.

Familia: “atacada por varios frentes; ideologías avaladas por las leyes”

Los obispos mexicanos manifestaron que durante la CXVIII Asamblea Plenaria llevaron a cabo un discernimiento acerca de los caminos de paz “que nos ayuden a responder a la violencia que no cesa en el país”; en ese sentido -añadieron- “nos comprometimos con acciones concretas, para promover procesos de acompañamiento, ayuda y formación en favor de las familias, la reconciliación y la paz. El Pueblo de Dios está llamado a ser familia, donde todos aprendamos a ser hermanos y los Pastores a ser padres”.

Enfatizaron el valor de la familia: “no es simplemente una institución natural, sino una verdadera vocación eclesial y teológica, con una misión específica en la sociedad y en la Iglesia… Sin embargo, no ignoramos la grave crisis por la que atraviesa, atacada por varios frentes: ciertas ideologías avaladas por las mismas leyes, la violencia, las políticas migratorias… Hoy más que nunca es urgente sostener y acompañar a las familias, no con discursos abstractos, sino con cercanía, políticas públicas que reconozcan su valor fundamental, y comunidades cristianas que las acompañen en sus angustias y desafíos”.

“En la memoria las palabras del papa Francisco en la Catedral de México”

Para concluir, los obispos se refirieron al fallecimiento del papa Francisco -ocurrido el 21 de abril- “ante la partida al Cielo del papa Francisco, agradecemos sus enseñanzas sobre la alegría del Evangelio, la familia, la misericordia de Dios y la paz, el cuidado de la creación y la fraternidad, la acogida a los migrantes, el ser una Iglesia sinodal y en salida hacia las periferias existenciales”.

Destacaron que al inicio de su asamblea, “en un ambiente de comunión y unidad, primero celebramos la Eucaristía en sufragio por el eterno descanso del papa Francisco, en la Basílica de Guadalupe, donde él oró ante la imagen de nuestra Madre, en su memorable viaje a México. Conservamos en la memoria sus palabras en la Catedral de México en su visita del 2016, invitándonos a los obispos a estar siempre unidos, como prueba de veracidad de nuestra fe”.

Finalmente, los obispos llamaron a los fieles a orar “a Dios nuestro Padre, pidiendo la luz del Espíritu Santo sobre el grupo de cardenales que tienen la gran responsabilidad de elegir al nuevo Papa, sucesor de Pedro, que la Iglesia y el mundo necesitan hoy, según el corazón de Cristo Buen Pastor”.

Noticias relacionadas