El Dicasterio de Cultura y Educación de la Santa Sede ha presentado su pabellón en la XIX edición de la Exposición Internacional de Arquitectura Bienal de Venecia. El proyecto vaticano para este año apuesta por las reflexiones de arquitectas hispanoamericanas para reconstruir los espacios físicos y sociales.
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La muestra, titulada ‘Obra abierta’, tendrá lugar del 10 de mayo al 23 de noviembre de 2025. Fue presentada este miércoles por el cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para Cultura y Educación; la profesora Marina Otero Verzier, conservadora del Pabellón de la Santa Sede 2025; la doctora Giovanna Zabotti, curadora del Pabellón Sagrado Sede 2025; las arquitectas Tatiana Bilbao y Anna Puigjaner; la doctora Michele Coppola, directora Ejecutiva de Artes, Cultura y Patrimonio; la historiadora Intesa Sanpaolo, directora general de la Gallerie d’Italia; y José Texeira, presidente del grupo DST.
Tolentino de Mendonça puso en valor la encíclica Laudato Si’ “en la creciente comprensión de que la contemporaneidad está llamada a construir nuestro ser todos habitantes de la misma casa común. (…) Es también un punto de referencia en la conciencia de que es desde aquí que debemos empezar a desarrollar una nueva visión cultural“. Y añadió: “De hecho, ante enormes desafíos –como el de la inteligencia artificial – y para poder guiarla sabiamente, estamos llamados a redescubrirla y para fortalecer la inteligencia comunitaria: aquella que nos hace protagonistas creativos de la amistad social, en lugar de cansados repetidores de lógicas de control, exclusión y descarte”.
Laboratorio de inteligencia humana
Según el cardenal, se trata de un manifiesto religioso, pero también cultural y político de gran impacto. “Su apuesta audaz pasa por la revisión crítica de los modelos de desarrollo dominantes, en los que se multiplican las formas obtusos de un antropocentrismo despótico, que trágicamente obstaculizan lo que es, por el contrario, la única condición generativa para el futuro: transformarnos en prudentes curadores de las relaciones con ambos el medio ambiente, al igual que las comunidades humanas“. Por eso, abogó por los tejedores de relaciones, “que crean en el valor de la reparación y el cuidado. Necesitamos encontrar nuevas racionalidades que se atrevan a prácticas sociales colaborativas y paradigmas de restitución de riesgos más efectivos”.
En este marco, el pabellón de la Santa Sede en la Bienal de Venecia, en el espacio del antiguo oratorio de Santa María Auxiliadora, se presenta como un pabellón-parábola. La intención vaticana es que, al mismo tiempo que se repararán los muros y los detalles arquitectónicos del edificio, también se sanarán las relaciones vecinales y la hospitalidad intergeneracional, reconstruyendo así simultáneamente el espacio físico y el espacio social. Se pretende que sea un “laboratorio activo de inteligencia humana colectiva compartiendo razón y afecto, profesionalismo y cordialidad, investigación y vida cotidiana“, agregó el cardenal.
Para ello, el equipo curatorial integrado por las comisarias Marina Otero Verzier y Giovanna Zabotti pretende construir la interconexión de este proyecto con la comunidad local y el flujo comunitario global. La arquitecta mexicana Tatiana Bilbao participará a través de su enfoque sobre la ‘conectividad social’, la ‘interacción con el contexto’ y el ‘diseño sostenible‘. La arquitecta Anna Puigjaner, del colectivo barcelonés MAIO Arquitectos, propondrá un espacio que se considere como un sistema espacial abierto para favorecer las interacciones sociales y ambientales.