La situación en Siria se agrava cada día más, con un clima de tensión extrema en varias regiones del país. Así lo ha informado a la agencia SIR el padre Bahjat Elia Karakach, fraile franciscano de la Custodia de Tierra Santa y párroco latino de Alepo. Según el religioso, el riesgo de una nueva guerra civil en el país es inminente.
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Los últimos datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos revelan que 311 civiles alauitas, entre ellos mujeres y niños, fueron ejecutados por las fuerzas de seguridad sirias y grupos aliados en la provincia de Latakia. El 6 de marzo, según el fraile de la Custodia de Tierra Santa, “estalló una resistencia armada contra las fuerzas oficiales, rechazada por gran parte de la población por su violencia y venganza contra civiles de minorías”.
Para el religioso, esta acción militar es promovida por partidarios del antiguo régimen con el apoyo de potencias regionales interesadas en mantener el caos en Siria. Además, las posiciones de las potencias extranjeras no están ayudando a frenar la escalada de violencia. “Israel avanza en territorios sirios, tratando de presentarse como defensor de los drusos frente a las fuerzas gubernamentales, consideradas ‘milicias terroristas’. Irán, por su parte, no parece dispuesto a perder la influencia que tuvo durante el mandato de Bashar al-Assad”, ha explicado el fraile. Además, Rusia mantiene una posición ambigua, lo que genera más incertidumbre.
Un país al límite
“Una vez más, los sirios se encuentran al borde de la guerra civil. Estamos realmente preocupados“, advierte el párroco de Alepo. Hay críticas hacia la comunidad internacional por no asumir sus responsabilidades en la región, así como hacia el gobierno de Al-Sharaa por no garantizar juicios justos contra criminales de guerra. “Esto ha dejado vía libre a quienes buscan tomar la justicia por su cuenta y a grupos que pretenden ‘liberar Siria de nuevo'”, agrega. Uno de los principales problemas del nuevo gobierno es su falta de representatividad. “El gabinete actual sigue en el poder fuera del plazo establecido de tres meses, compuesto por figuras con poca experiencia política, muchas de ellas vinculadas al antiguo régimen, con una visión política fuertemente religiosa”, critica Karakach.
Gobierno en crisis
La expectativa de un cambio en el poder se ha visto frustrada. “El objetivo era dar una imagen de ‘diálogo nacional’, pero el documento final sigue siendo tinta sobre papel”, lamenta el franciscano. “El 1 de marzo debía formarse un nuevo gobierno de transición, un objetivo incumplido que dejó a muchos decepcionados”. Según el sacerdote, el gobierno sigue viendo al pueblo “como un rebaño, y no como socios”. Este silencio gubernamental sólo es roto por las armas, que amenazan con destruir lo que queda de esperanza en Siria.
Ante este escenario desolador, el padre Karakach hace un llamamiento a la oración por Siria, un país sumido en una espiral de violencia y desesperanza.