Mientras el papa Francisco cumple hoy una semana de ingreso hospitalario en el Policlínico Gemelli, donde está siendo tratado de una bronquitis a la que se ha sumado una neumonía bilateral, a primera hora de la mañana de este jueves 20 de febrero, la Sala de Prensa de la Santa Sede ha actualizado la información sobre su salud con este breve mensaje: “El Papa pasó una noche serena, se levantó y tomó el desayuno en un sillón”.
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Señal positiva, junto al hecho de que el Pontífice no tiene fiebre ni necesita respiración asistida, así como que su corazón se encuentra en buen estado y se levanta de la cama, despachando con sus dos secretarios, que le acompañan.
Con Meloni y Parolin
Sin pasar por alto que ayer también fue el primer día en el que Bergoglio recibió visitas, acudiendo a verle la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, y el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano.
A buen seguro, puesto que se sabe que el Papa está leyendo estos días, le habrá hecho mucha ilusión poder leer una carta muy especial y que acaba de difundir ‘Vatican News’. Se trata de una breve y emotiva misiva escrita por una niña española.
🏥 María, una niña de 9 años, de la provincia de #Castellón, en #España, ha enviado una carta a @Pontifex_es para animarlo durante su hospitalización en el Gemelli de Roma. Ella también vivió una neumonía bilateral hace dos años y permaneció internada por doce días. pic.twitter.com/ww4xGth5Sr
— Vatican News (@vaticannews_es) February 20, 2025
“Ilustrísima Santidad”
Dirigida a su “ilustrísima Santidad”, la joven se presenta así: “Me llamo María, soy una niña de nueve años. Vivo en Burriana (Castellón), en España, y estudio en el Colegio Consolación”.
A continuación, le cuenta al Papa que, “hace dos años tuve una neumonía bilateral, estando 12 días ingresada en el hospital, de los cuales dos de ellos fueron en la UCI”. Por ello, quiere insuflarle apoyo y esperanza: “Le escribo para darle muchos ánimos. Mis oraciones son para que usted se recupere lo más pronto posible”.
Estaba en Indonesia
María también le relata a Francisco que, “en septiembre del año pasado, estuve con mis padres y mi hermano en Roma y hubiera sido mi mayor ilusión asistir a una audiencia papal, pero usted se encontraba en Indonesia”. La carta concluye con un entusiasta “¡pronta recuperación!” y el envío de “un saludo”, tras el que se añade un dibujo del Papa.
A buen seguro, cuando el Santo Padre haya leído la carta, habrá esbozado una sonrisa. Y, puro Jorge Mario Bergoglio, quién sabe si, cuando esté fuera del hospital, a María le llega una invitación para cumplir su sueño y viajar nuevamente a Roma para abrazar a su ‘amigo’: el hombre que, en este tiempo convulso, se calza las sandalias del Pescador y clama por la paz y la dignidad de todas las personas.
