“El Papa ha transcurrido una noche tranquila, se ha despertado y ha desayunado”. Es el mensaje que a primera hora de la mañana ha querido trasladar la Santa Sede después de que ayer por la tarde todas las alarmas se disparaban al trascender que el diagnóstico de Francisco se complicaba con una neumonía bilateral.
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Este breve comunicado del Vaticano, dentro de la gravedad, buscaría rebajar la expectación generada cuando el papa Francisco cumple seis días de hospitalización en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma por una bronquitis que se ha complicado por momentos.
Escenario complejo
Los hallazgos microbiológicos que se detectaron en los primeros análisis evolucionaron a una infección polimicrobiana. Fue entonces cuando el equipo médico reconoció que Jorge Mario Bergoglio atravesaba por un cuadro clínico complejo que exigía readaptar la terapia.
Sin embargo, en la tarde de ayer el escenario se agravó al confirmarse que el Papa sufría una neumonía bilateral, después de realizar varios exámenes de laboratorio, radiografías de tórax y analizar las condiciones clínicas del Santo Padre.
Según relata de manera oficial el Vaticano, la tomografía computarizada de tórax a la que se sometió ayer por la tarde Jorge Mario Bergoglio, prescrita por el equipo sanitario vaticano y por el equipo médico del hospital, corroboró el nuevo diagnóstico. Además, se presenta en un contexto de bronquiectasias y bronquitis asmática, y que, según detallaron fuentes oficiales, requiere el uso de terapia antibiótica con cortisona.