Pigmeos baka en Mintom, Camerún (fuente: Enrique Bayo - Mundo Negro)
Los pigmeos baka, cazadores recolectores seminómadas, habitan selvas ecuatoriales de Camerún, República del Congo, República Centroafricana y Gabón. En Camerún, son el subgrupo pigmeo más importante, pero han sido históricamente marginados. La deforestación, la presión de los bantúes y el proteccionismo ambiental han desplazado a los baka de su hábitat, debilitando su modo de vida.
“No se escucha nuestra voz al hablar de leyes o de los problemas que nos afectan. Queremos crear espacios de diálogo y discusión, tener un lugar en el debate público”, explica Timothée Emini, de la Asociación Okani. Creada en 2006 con el impulso de misioneros católicos, Okani promueve el empoderamiento y el asociacionismo baka.
Los baka exigen representación política. “No tenemos senadores, ni políticos en consejos provinciales o alcaldías. Sólo reconocen como interlocutor a uno de nuestros jefes, Assok. Hemos pedido por carta al presidente Paul Biya que nombre un senador de nuestro pueblo”, señala Emini.
La Constitución de Camerún proclama la inclusión, pero en la práctica los baka sufren discriminación. Han enfrentado episodios de violencia por parte de las fuerzas de seguridad debido a políticas de conservación y a la explotación maderera, que destruye el bosque sin beneficiarles.
Luc Ndeloua, presidente de Abawoni, critica estas restricciones. “Sufrimos muchas limitaciones para acceder al bosque, nuestra fuente de alimento y medicinas. Nos hemos desplazado cerca de caminos dominados por los bantúes, lo que genera conflictos. No comprenden nuestra forma de vida”. Las privaciones incluyen malnutrición, falta de derechos ciudadanos, tierras cultivables, educación y salud. Piden programas de discriminación positiva para mejorar sus condiciones.
No obstante, hay señales de esperanza. Un acuerdo entre el Ministerio de Bosques y Vida Salvaje y la asociación Asbaboki permite a los baka usar ciertas áreas forestales en el parque de Lobéké, lo que abre una vía para recuperar su conexión con la selva.
Pies desnudos
Los líderes baka temen perder su identidad y cultura, pero buscan integrarse sin renunciar a sus raíces. “El mundo evoluciona y los baka vamos al encuentro de ese avance. Necesitamos educarnos, hablar lenguas y sostenernos, pero sin perder nuestra cultura ni espiritualidad. Cada cierto tiempo, vuelvo a convivir con los pies desnudos por la selva con mi pueblo“, explica Emini.
Misa de cierre del Encuentro África de los Misioneros Combonianos (fuente: Enrique Bayo – Mundo Negro)
Los misioneros han sido claves en la defensa de sus derechos, educación y salud, incluso desafiando a las autoridades. Asociaciones organizan actividades para que los jóvenes valoren su cultura. Se ha creado una plataforma nacional de jóvenes baka, conscientes de que el futuro de sus comunidades depende de ellos.
Las asociaciones citadas recibieron el 1 de febrero el Premio a la Fraternidad 2024 que entregan la editorial Mundo Negro y los Misioneros Combonianos, dentro del XXXVII Encuentro África, por su compromiso en la defensa de los derechos de las comunidades y pueblos de los pigmeos baka.
El futuro de los baka sigue siendo incierto, pero su lucha por el reconocimiento y la preservación de su cultura continúa. Gracias al activismo de sus líderes y al apoyo de asociaciones y la Iglesia, han logrado pequeñas victorias en un sistema que los ha invisibilizado durante décadas. Su esperanza radica en combinar su identidad ancestral con las oportunidades del mundo moderno sin renunciar a su derecho a existir en armonía con su entorno.