“¿Cómo seguir alimentando la esperanza ante los millones de personas, especialmente mujeres y niños, jóvenes, migrantes y refugiados, atrapados en esta esclavitud moderna?”. Con esta pregunta empieza el papa Francisco su mensaje por la XI Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, la cual coincide con la memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, mujer sudanesa y religiosa que fue víctima de la trata cuando era niña. “En este año jubilar, recorramos también juntos, como “peregrinos de la esperanza”, ha puntualizado Francisco.
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“Solo elevando nuestra mirada a Cristo, nuestra esperanza, podemos encontrar la fuerza para un compromiso renovado que no se deje vencer por la dimensión de los problemas y los dramas, sino que se esfuerce en la oscuridad por encender llamas de luz, que juntas puedan iluminar la noche hasta que amanezca”, ha señalado el Papa.
En este sentido, “los jóvenes de todo el mundo que luchan contra la trata nos ofrecen un ejemplo: nos dicen que debemos convertirnos en embajadores de la esperanza y actuar juntos, con tenacidad y amor; que debemos estar al lado de las víctimas y los supervivientes”.
Respuestas globales
“Con la ayuda de Dios, podemos evitar acostumbrarnos a la injusticia, alejarnos de la tentación de pensar que ciertos fenómenos no pueden erradicarse”, ha aseverado Francisco, explicando que “la trata es un fenómeno complejo, en constante evolución, y se ve alimentada por las guerras, los conflictos, el hambre y las consecuencias del cambio climático”. Por consiguiente, “requiere respuestas globales y un esfuerzo común, a todos los niveles, para contrarrestarlo”.
Francisco concluye su mensaje invitando especialmente a “representantes de los gobiernos y de las organizaciones que comparten este compromiso, a unirse a nosotros, animados por la oración, para promover iniciativas en defensa de la dignidad humana, por la eliminación de la trata de seres humanos en todas sus formas y por la promoción de la paz en el mundo”.
“Juntos –confiando en la intercesión de Santa Bakhita– lograremos hacer un gran esfuerzo y crear las condiciones para que la trata y la explotación sean proscritas y para que siempre prevalezca el respeto de los derechos humanos fundamentales, en el reconocimiento fraterno de nuestra humanidad común”, finaliza.