Culminó la edición 128 de la asamblea de obispos de Perú. Además de renovar su presidencia y analizar la realidad sociopolítica del país, aprovecharon para expresar su solidaridad con las víctimas del Sodalicio de Vida Cristiana.
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Lamentaron “algo tan terrible” como los abusos sexuales y de conciencia perpetrados por esta comunidad religiosa, creada en Perú desde 1971, por lo que agradecieron a quienes denunciaron “con valentía y perseverancia”.
Todo ello hizo posible que este escándalo haya salido a la luz y “los obispos hayamos ido tomando conciencia de los mismos”.
Atentos al decreto de disolución
“Compartimos el dolor de las víctimas y sus familiares, y una vez más expresamos nuestro pesar a quienes no se han sentido debidamente acompañados por nosotros al no saber las gestiones que desde esta Conferencia Episcopal veníamos haciendo ante la Santa Sede desde hace varios años”, indicaron.
Agradecieron a Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, delegados enviados por Santa Sede, quienes se encargaron de hacer las indagaciones y tomar la decisión final de disolver al Sodalicio.
Por ahora, los obispos peruanos “quedan atentos” al decreto de Francisco en el que se oficializa la disolución para aplicar “las medidas conexas” por lo que han ratificado su compromiso de “colaborar con la Santa Sede para que se cumpla lo dispuesto por el Papa”.
Aferrados la esperanza
Los prelados – en su mensaje final – han analizado la realidad de Perú, marcada por una crisis multidimensional, producto de la corrupción en “las diversas esferas del Estado y la sociedad civil”.
Denunciaron que “cientos de miles de familias todavía no pueden acceder a una adecuada alimentación y atención médica y sus hijos no reciben una educación escolar de calidad”.
Asimismo han expresado su preocupación por los alarmante niveles de violencia e inseguridad ciudadana, cuyo caldo de cultivo se encuentra en el desinterés por la política, el incremento de las economías ilegales y el crimen organizado.
Se trata de un evidente debilitamiento de la democracia y sus instituciones, sin embargo, a pesar de este contexto, invitaron a los peruanos “a vivir la esperanza cristiana” y más aún en el Año Santo.
“La esperanza no elimina el sufrimiento, pero lo transforma. Por eso, haciendo nuestras las palabras del Papa en su visita a nuestro país, animamos a todos los peruanos a que no se dejen robar la esperanza”, añadieron.