Sigue aumentando la cifra de desplazados en el oriente de Colombia tras el conflicto que las guerrillas protagonizan en el Catatumbo. En total, son más de 42.000 desplazados de los cuales 1500 han llegado a Venezuela.
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Al respecto, la Cáritas venezolana informó que atendieron “a las víctimas de esta crisis” que han llegado al Cruce y Encontrados, dos poblaciones al sur del estado de Zulia.
Allí han brindado atención a niños, adolescentes, mujeres gestantes, personas con discapacidad y comunidades indígenas.
En El Cruce se habilitó la escuela Esmirda de Núñez, como refugio temporal, “resguardándose allí inicialmente 183 personas, la mayoría menores (39%) y mujeres (43%)”.
“Las personas desplazadas están siendo asistidas por la Cáritas de la diócesis de Machiques, las autoridades militares venezolanas y vecinos de las comunidades de acogida”, informaron.
También han señalado que autoridades militares movilizaron a un grupo de desplazados hacia Casigua El Cubo, donde se ha improvisado un refugio en un estadio.
Nexos con el régimen venezolano
Cáritas advirtió que hay un riesgo latente de una crisis humanitaria por la escasez de alimentos, medicinas, otros servicios básicos, falta de capacidad para atender el volumen de desplazados que llegan en esta parte de la Cuenca del Lago de Maracaibo.
Es que esta región ha estado bajo el olvido gubernamental, lo que ha permitido a grupos irregulares colombianos tomar el control, cuya dinámica “varía entre tensas calmas y explosiones violentas que generan sufrimiento”.
Denunciaron que el ELN (Ejército de Liberación Nacional) es “un grupo armado irregular de carácter binacional, que opera en Colombia como una guerrilla y en Venezuela como un grupo paramilitar”.
De hecho, lo hace “en alianza con la fuerza pública que, según algunas fuentes, ha mantenido una relación intermitente de desencuentro y cercanía con el gobierno venezolano”.
Trabajo solidario
Cáritas también informó que presentan “limitaciones” con el levantamiento e intercambio de información veraz y oportuna debido “a la presencia de casi nulo personal de comunicaciones en la zona”.
Por ahora, han podido ayudar con la entrega de alimentos, kits de higiene personal, “limpieza para el colegio que sirvió de refugio y actualmente los salones parroquiales donde se atienden”.
También han ofrecido suministro de agua para el consumo y para el aseo, atención médica y medicamentos, consultas de psicología, centros de escucha, asesoría legal, dotación de ropa, integración comunitaria y acompañamiento espiritual.
Familias desplazadas por los enfrentamientos del ELN y disidencias de las FARC / Foto: El País
