Los religiosos de Colombia claman a los guerrilleros que “se respete la vida” y detengan la masacre en el Catatumbo

El conflicto en el oriente colombiano suma ya 80 muertos, 36.000 desplazados y más de 1.500 refugiados en Venezuela

Los religiosos de Colombia claman a los guerrilleros que “se respete la vida” y detengan la

Sigue agravándose la crisis en el Catatumbo colombiano. Van 36.000 desplazados, 80 muertos y más de 1.500 refugiados en Venezuela. El presidente de la República, Gustavo Petro, ha decretado un estado de conmoción interna.



Mientras tanto, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) siguen enfrentados por el control del territorio.

“Lo que está pasando constituye una fragante violación al Derecho Internacional Humanitario”, denunció en un comunicado la Conferencia de Religiosos de Colombia.

La vida religiosa de Colombia ha señalado que los grupos guerrilleros están atacando directamente a la población civil, generando desplazamientos forzados, asesinatos a líderes sociales, firmantes de paz y enfrentamientos en zona poblada.

Desplazados Catatumbo

Desplazados del Catatumbo en la frontera con Venezuela / Foto: ReportaYa

Campesinos, indígenas y afrodescendientes se están llevando la peor parte del conflicto, no sólo en el Catatumbo –región oriental– sino en diversos puntos de Colombia. La violencia ha dejado “una estela de dolor, miedo y desesperanza en las comunidades”.

Secuelas del desplazamiento forzado

Fieles al mandato de Jesús claman que “se respete la vida”. Cada acto criminal atenta contra “la dignidad, la paz y la vida de las comunidades rurales, y pueblos quienes son el pilar de la producción alimentaria y la conservación de nuestros territorios”.

Al tiempo que se han solidarizado con las familias afectadas y “obligadas a abandonar sus tierras, sueños y medios de subsistencia debido a las amenazas y ataques de actores armados”.

Han indicado que el desplazamiento forzado “no solo desgarra el tejido social de las comunidades, sino que perpetúa ciclos de pobreza y exclusión”, toda vez que piden al gobierno en todos los niveles “protejan la vida”.

Consideran prioritario fortalecer la presencia del Estado en zonas rurales y pueblos para promover la justicia, el acceso a la tierra, el desarrollo integral efectivo y afectivo, y la paz total, “con acciones reales, que promuevan la vida digna”.

Un país para todos

Es urgente –prosiguen los religiosos– combatir a los grupos armados ilegales, con estrategias que prioricen los derechos humanos y la prevención de la violencia y, en especial, dar seguimiento a los acuerdos de paz pactados.

“No sean cobardes”, reclamaron a los guerrilleros del ELN y las disidencias de las FARC tras usar como escudos humanos a población inocente. Han pedido reflexionar sobre su modo de actuar, que afecta a las comunidades más empobrecidas, “ellos ponen los muertos”.

Asimismo invitaron a los colombianos a rechazar “estos crímenes y a trabajar colectivamente por una sociedad donde quepamos todas y todos”.

Foto: EFE

Noticias relacionadas