Clyde (United States), 06/08/2020.- US President Donald J. Trump arrives to speak at the Whirlpool Corporation Manufacturing Plant in Clyde, Ohio, USA, 25 June 2020. Ohio Governor DeWine on 06 August 2020 announced he was tested positive for coronavirus, shortly before he was scheduled to meet US President Trump. (Estados Unidos) EFE/EPA/DAVID MAXWELL
Los obispos mexicanos han dejado claro que el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no parece estar bromeando en sus mensajes, por lo que México y América Latina podrían sufrir transformaciones sustantivas para un plazo relativamente corto.
Y es que -dicen- a diferencia de su primer mandato, Donald Trump contará ahora con mayoría en ambas Cámaras del Congreso de los Estados Unidos, lo que se traducirá en un aterrizaje más eficaz de sus promesas de política pública.
Donald Trump ha dicho que, tan pronto como tome posesión de la Casa Blanca, desplegará a la Guardia Nacional, constituida por grupos locales de vecinos armados por el gobierno, pero puestos bajo el mando directo de los ejecutivos estatales, para impedir el paso de personas indocumentadas por la frontera con México, así como para deportar a quienes carezcan de situación legal, sin que para ello obste que no se trate de nacionales mexicanos. Ha anunciado también la deportación inmediata de todos los miembros de bandas delictivas y pandillas extranjeras.
De acuerdo con un documento del Observatorio de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), firmado por el Secretario General del organismo, el obispo Héctor Pérez Villarreal, la idea de convertir a México en una suerte de ‘Estrecho de Gibraltar’ viene a sumarse a la iniciativa presidencial para declarar terroristas a las organizaciones dedicadas al trasiego de drogas hacia y por territorio estadounidense.
Esto -advierte el documento- autorizaría, según la Ley de los Estados Unidos, a intervenir violentamente, bien a través del envío de tropas, la inteligencia castrense o los bombardeos mediante drones a objetivos presuntamente criminales en México, lo que evidentemente complicaría la situación para el gobierno federal recientemente asumido por la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.
De igual manera -advierte la CEM- como se ha hecho persistentemente en Oriente Medio, Estados Unidos redoblaría la presión para que las agencias estadounidenses (DEA, CIA, FBI) operen con menos restricciones en territorio mexicano, así como reforzar las penas y sanciones financieras, incluyendo congelación de activos, no sólo a las organizaciones terroristas, sino a toda entidad, incluida cualquiera de carácter oficial, que presumiblemente colabore con ellas.
A ello hay que sumar -dice la CEM- el control de la frontera y la deportación de migrantes hacia México, que podría verse robustecido con el argumento de la declaración terrorista y con las recientes expresiones de Trump en relación con una supuesta sumisión del gobierno mexicano respecto de las mafias narcotraficantes, “sumisión que ameritaría, incluso, que el Golfo de México deba ser rebautizado como ‘Golfo de América’ (con todo y las implicaciones petrolíferas y de mar territorial que ello pudiera poseer)”.
El análisis de la CEM también hace referencia al intento de Donald Trump de controlar el Canal de Panamá, la compra de Groenlandia y la Integración del Canadá a la Federación norteamericana.
Sobre el primer punto, advierte el Observatorio eclesial que, habiendo fallecido el 29 de diciembre el expresidente demócrata Jimmy Carter, quien reconoció la soberanía panameña sobre el canal interoceánico, Trump ha comenzado una andanada de “acusaciones contra el gobierno de la República latinoamericana, al que acusa de colaboracionista con los intereses chinos y de defraudador de las inversiones de los Estados Unidos… Recuperar el control sobre el canal luce como objetivo prioritario para la nueva administración estadounidense”.