La guerra por los datos: un jesuita analiza la prohibición de TikTok en Estados Unidos y su impacto global

El sacerdote Hernán Quezada estudia el trasfondo ético y geopolítico del veto a la red social

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La Corte Suprema de Estados Unidos ratificó este 17 de enero la prohibición de TikTok, que entrará en vigor el próximo domingo 19 de enero; es decir, rechazó el recurso presentado por ByteDance, empresa matriz de la plataforma, contra una ley aprobada en abril de 2024.



La normativa exige que TikTok cese sus operaciones en el país a menos que ByteDance venda la aplicación a un comprador estadounidense, pues argumenta preocupaciones por la seguridad de los datos de los usuarios y posibles vínculos con el gobierno chino.

Sin embargo, el presidente electo Donald Trump, quien asumirá el cargo el 20 de enero, será quien decida el destino definitivo de la aplicación en ese país. En su plataforma Truth Social declaró este día que revisará el caso con detenimiento antes de tomar una decisión definitiva, asegurando que su resolución llegará “en un futuro no muy lejano”.

El que tiene la información tiene el poder

En entrevista para Vida Nueva, el sacerdote jesuita Hernán Quezada, profesor de Ética Teológica en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, consideró que la prohibición de TikTok en Estados Unidos y en otra veintena de países, muestra en dónde y cómo se está jugando hoy la guerra por el control, por el poder geopolítico. “Quién tiene ‘los datos’; es decir, la información, tiene el poder”.

Y es que -explicó- en el caso de estas grandes plataformas digitales, las fronteras se desdibujan. “Hace 20 años, 40 años, hubieras pensado imposible que Rusia tuviera un programa televisivo de promoción de sus intereses en los Estados Unidos, o que Estados Unidos tuviera un programa de estas características en China. Hoy no es TV, son las redes sociales”.

El tema de fondo es la geopolítica

Tras recordar que los sistemas digitales de algoritmos registran no sólo la localización geográfica de los usuarios, sino datos sobre lo que creen, temen y sueñan. El también Delegado de Formación, Juventudes y Vocaciones de la Conferencia de Provinciales jesuitas de América Latina y El Caribe, aseguró que tener esta información otorga un poder grande y sin control que hace de las personas el medio para establecer tendencias que llevan a controlar opinión, a ganar o perder elecciones, destruir personajes o crearlos.

En este sentido, afirmó que la prohibición de TikTok no tiene que ver con un deseo de proteger a las personas de los aspectos neurológicos que se presume ocasiona esta y muchas plataformas digitales, sino que el tema de fondo tiene que ver con geopolítica, “con el control y manipulación de tal o cual grupo humano que pretende el poder total o protege lo que ya se ha apropiado”.

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Foto: EFE

¿Es realmente un atentado a la libertad de expresión?

El sacerdote Hernán Quezada negó que la prohibición de TikTok sea un atentado a la libertad de expresión, pues dijo que en las redes sociales el 90% no producen ni reaccionan, sólo consumen; pasan horas consumiendo con sus sentidos, transcurren satisfechos con las emociones que su consumo les provoca.

Y añadió: “De los usuarios de las redes sociales, 9% se estima, es el grupo de interactúa; es decir, comenta, da ‘like’ y comparte. Sólo un 1% es creador de contenidos, es decir, se expresa en el mundo digital. Entonces no estamos en un caso que atenta contra la libertad, sino un ejercicio de control“.

Urge que la humanidad aprenda a discernir

Para el sacerdote jesuita, el mundo está ante un conflicto moral, de valores, por lo que el desafío está en formarnos para ser capaces de discernir, de encontrar qué es lo bueno entre todo lo que se nos presenta.

“Aquí reside el mayor desafío humano de nuestro tiempo: discernir, saber elegir el bien. En esto sí que debemos prepararnos y enfocarnos, especialmente con los más jóvenes”.

No obstante, lamentó que cada día, la humanidad está más “dispuesta” a no reaccionar críticamente ante sus hábitos de consumo digital. “Quitan una y llegará otra plataforma que sí controle, y nos lleve a donde el grupo hegemónico nos quiere colocar”.

La prohibición de TikTok, una oportunidad

Para el padre Hernán Quezada, la restricción de la plataforma debe ser una oportunidad para abrir los ojos y el entendimiento, para pensar y dudar; para darse cuenta de los hábitos personales, cada día más atrapados por el consumo emocional irreflexivo.

“Es una oportunidad para saber más de los efectos neurológicos en el cerebro de los niños, en cuyas manos, ponemos sin reparo una pantalla digital, que les estimulará su corteza cerebral configurando emociones y reacciones”.

Y concluyó: “es un tiempo para levantar la mirada y volver a mirar el mundo y a los otros. El mundo digital no es un enemigo que erradicar, como todo lo creado, es algo que se puede usar para el bien o el mal; las redes nos acercan a amigos y familiares, todo aquello que la red aporte para crear relación, será algo que promover u aprovechar“.

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