La Iglesia en Estados Unidos pide orar a San José ante posible aprobación del aborto químico

El presidente de los obispos norteamericanos convoca a rezar el 25 de marzo, un día antes de que la Corte Suprema escuche los argumentos sobre las píldoras abortivas

San José

El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), y arzobispo para los Servicios Militares, Timothy Broglio, hizo un llamado a los feligreses norteamericanos para que oren ante la posibilidad de la aprobación del aborto químico.



En un comunicado difundido por la USCCB, el arzobispo Broglio y el obispo Michael Burbidge, de Arlington, en su calidad de presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB, pidieron a los católicos iniciar las oraciones el 25 de marzo, un día antes de que la Corte Suprema escuche los argumentos orales sobre el uso de píldoras abortivas, y concluir las plegarias en junio, cuando se espera la decisión del tribunal.

Y es que el próximo 26 de marzo, la Corte Suprema escuchará argumentos orales “en un caso que tiene el potencial de tener un gran impacto en la accesibilidad generalizada del aborto químico (píldoras para el aborto). Los abortos químicos son ahora la forma más común de aborto en los Estados Unidos”.

Los obispos de Estados Unidos consideran que, con el aborto químico, se ignoran los riesgos para las mujeres, lo que viola la ley federal; además, la Administración de Alimentos y Medicamentos estaría habilitando “una industria nacional de abortos por correo”, y estaría convirtiendo a las “farmacias de barrio en proveedores de abortos químicos”.

Oración a San José, ‘Defensor de la vida’

Por lo anterior, reiteraron su exhorto a “los católicos a unirse a un esfuerzo concentrado de oración por el fin del aborto y la protección de las mujeres y los niños no nacidos”.

Para la oración -añadieron- invocarán la intercesión de San José, ‘Defensor de la vida, con esta oración:

Queridísimo San José, por palabra de un ángel, amorosamente acogiste a María en tu casa.

Como humilde siervo de Dios, guiaste a la Sagrada Familia en el camino a Belén, acogiste a Jesús como a tu propio hijo en el refugio de un pesebre y huiste lejos de tu patria por la seguridad de la Madre y del Niño.

Alabamos a Dios porque, como su fiel protector, nunca dudaste en sacrificarte por aquellos que te fueron confiados.

Que tu ejemplo nos inspire también a acoger, valorar y salvaguardar el regalo más precioso de Dios: la vida.

Ayúdanos a comprometernos fielmente al servicio y la defensa de la vida humana, especialmente cuando es vulnerable o está amenazada.

Obtén para nosotros la gracia de hacer la voluntad de Dios en todas las cosas.

Amén”.

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