La advertencia del Papa: “En muchos contextos sigue habiendo temor a que las mujeres se formen”

Francisco ha recibido en el Vaticano a los participantes en el Congreso Interuniversitario Internacional ‘Mujeres en la Iglesia: creadoras de lo humano’

participantes en el Congreso Interuniversitario Internacional Mujeres en la Iglesia- creadoras de lo humano

El Papa ha recibido hoy en audiencia, en el Palacio Apostólico Vaticano, a los participantes en el Congreso Interuniversitario Internacional ‘Mujeres en la Iglesia: creadoras de lo humano’, que se desarrolla en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma, del 7 al 8 de marzo de 2024.



Francisco ha saludado a los presentes y ha hecho entrega de su discurso a Pierluigi Giroli, quien se ha encargado de su lectura. “Ustedes han escogido una expresión particular para titular este congreso, refiriéndose a las mujeres como artífices de humanidad”, señalaba el Papa. “Son palabras que evocan aún más claramente la naturaleza de su vocación, la de ser ‘artesanas’, colaboradoras del Creador al servicio de la vida, del bien común, de la paz. Y quisiera subrayar dos aspectos de esta misión, que se refieren al estilo y a la formación”.

En primer lugar, el Papa ha subrayado al estilo: “Nuestra época está desgarrada por el odio; es un tiempo en el cual la humanidad necesita sentirse amada, pero en cambio, esta se ve frecuentemente marcada por la violencia, por la guerra y las ideologías que ahogan los sentimientos más hermosos del corazón. Y es precisamente en este contexto, donde la aportación femenina es más indispensable que nunca: la mujer, en efecto, sabe unir con la ternura”. Y es que “la mujer, con su capacidad única de compasión, con su intuición y su tendencia natural a ‘cuidar’, sabe en modo sublime ser, para la sociedad, ‘inteligencia y corazón, que ama y que une’, llevando amor donde no lo hay, y poniendo humanidad donde al ser humano le cuesta encontrarse a sí mismo”.

El valor de la educación

Y, en cuanto a la formación, ha señalado que “en el ámbito de la pastoral universitaria, además de la profundización académica de la doctrina y del mensaje social de la Iglesia, se proponen a los alumnos testimonios de santidad, sobre todo femeninos; se les anima a levantar la mirada, a dilatar el horizonte de los sueños y del modo de pensar, y a disponerse a seguir altos ideales”. De esta manera, “la santidad puede volverse como una especie de línea educativa trasversal en el planteamiento global del conocimiento”.

Asimismo, el Papa ha apuntado que en un mundo donde “las mujeres siguen sufriendo tanta violencia, desigualdad, injusticias y maltratos —y esto resulta todavía más escandaloso si es provocado por quienes profesan la fe en el Dios ‘nacido de una mujer’ (Ga 4,4)—, hay una forma grave de discriminación, que está precisamente vinculada a la formación de la mujer. Efectivamente, en muchos contextos dicha formación es temida, sin embargo, el camino hacia sociedades mejores pasa justamente por la educación de las niñas, de las adolescentes, de las jóvenes, de la que se beneficia el desarrollo humano. ¡Recemos y esforcémonos por ello!”

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