Según informa la radio ‘Ici Quebec’ y difunde ‘Europa Press’, el purpurado canadiense Gérald Cyprien Lacroix, miembro del C-9, el Consejo de Cardenales que acompaña a Francisco en la reforma eclesial, será investigado por un juez de su país por encargo del propio Papa.
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En un gesto sin precedentes, el Pontífice ha encomendado esta delicada misión a André Denis, juez ya retirado, con el fin de que trate de determinar si las acusaciones de abusos que penden sobre el arzobispo de Quebec son suficientemente creíbles como para que la Santa Sede dé el paso de abrir un juicio canónico en el que se analice el caso.
Apartado de la gestión diocesana
Aunque por ahora el primado de la Iglesia canadiense ha mantenido su papel en el C-9 cardenalicio (de hecho, ha estado presente junto al Papa en la última reunión en Santa Marta, semanas atrás), a finales de enero sí anunció que renunciaba “temporalmente” a su labor pastoral al frente de la Archidiócesis de Quebec. Todo “hasta que se aclare” su situación, tras ser acusado de abusar de una menor de 17 años; unos hechos que habrían tenido lugar entre 1987 y 1988, cuando el actual purpurado, de 66 años, fue ordenado sacerdote.
Concretamente, esta denuncia forma parte de una demanda colectiva que se inició en 2022 para investigar lo ocurrido entre 1942 y 2018 y por la que 147 personas aseguraban haber sido “agredidas sexualmente” por alrededor de un centenar de sacerdotes o de agentes de pastoral de la Archidiócesis de Quebec. Fue a finales de enero cuando se hizo público que entre los nombres de los acusados se encuentra el de Gérald Cyprien Lacroix, que se convirtió en arzobispo de la Iglesia local en febrero de 2011. Tras ser creado cardenal en 2014 por el papa Francisco, el 7 de marzo de 2023 este le incluyó en un reformado C-9, junto a los purpurados Parolin, Vérgez, Ambongo, Gracias, O’Malley, Omella, Hollerich y Da Rocha.
Defiende su inocencia
Pese a su renuncia temporal a su gestión diocesana, Lacroix, nada más conocerse que su nombre aparecía en la causa colectiva, difundió un comunicado en el que negaba “categóricamente” tales “acusaciones infundadas” en su contra.
Mientras la Justicia canadiense ha ido continuando con sus pesquisas, ha sido ahora cuando Francisco, de un modo paralelo, ha querido encargar a otro juez ajeno al caso que investigue lo relativo al cardenal Lacroix para decidir si también se pone en marcha un juicio canónico en la Santa Sede.
Según explica ‘Ici Quebec’, el juez Denis ha tratado de reunirse con la presunta víctima del cardenal, pero por ahora esta ha rehusado participar en el proceso. Por su parte, la Archidiócesis de Quebec ha recalcado en un comunicado que “colaborará con la investigación” en todo lo que se la requiera. Eso sí, como se trata de una investigación preliminar, para dirimir si hay evidencias o no que conduzcan a la apertura de un juicio canónico, no se personará como tal en “un proceso que se desarrolla sin ninguna intervención por nuestra parte”.
