San Juan de Dios actualiza el perfil de las personas sin hogar: jóvenes, mujeres y con problemas de salud mental

  • Antes, “el imaginario colectivo” representaba este fenómeno “con el rostro de un varón de mediana edad, casi siempre drogodependiente o alcohólico”
  • Este 23 de noviembre, Día Mundial de las Personas Sin Hogar, la Orden Hospitalaria explica que en 2022 acompañó a casi 4.000 personas en esta situación

De cara a la conmemoración, este 23 de noviembre, del Día Mundial de las Personas Sin Hogar, la Orden Hospitalaria San Juan de Dios ha difundido un comunicado en el que lamenta que “la precariedad en el empleo juvenil, la violencia machista o la enfermedad mental” son lacras que, muchas veces, contribuyen a que muchas personas pierdan su casa.



La congregación, cuya experiencia en este fenómeno la convierte en un referente nacional, acogió en 2022 a casi 4.000 personas en situación de sin hogar. Todas ellas atendidas y acompañadas en sus 12 centros residenciales y en numerosos pisos en toda España, contando también con comedores, economatos sociales, albergues o centros especiales de empleo.

Cambio sociológico

Gracias a su completa perspectiva, San Juan de Dios señala cómo está habiendo un marcado cambio sociológico en el sinhogarismo. Si bien antes “se representaba en el imaginario colectivo con el rostro de un varón de mediana edad, casi siempre drogodependiente o alcohólico”, el de hoy es un arquetipo “que no siempre va asociado a esa imagen y sí a la de otros factores que emergen socialmente y contribuyen a la desprotección y a la vulnerabilidad, como son la precariedad en la empleabilidad juvenil, la discriminación y violencia de género y los problemas de salud mental”.

En primer lugar, los hospitalarios señalan que “se viene observando un aumento significativo” en la atención a jóvenes “menores de 30 años en situación de vulnerabilidad”. Algo que ya apuntó “la encuesta sobre Personas Sin Hogar 2022 publicada por el instituto Nacional de Estadística (INE), que señala que desde 2012 el sinhogarismo juvenil ha aumentado en un 36%”.

Por un pacto nacional

El coordinador del ámbito Social de San Juan de Dios en España, Salvador Maneu, deplora que muchos jóvenes no pueden acceder a una vivienda en un contexto marcado por “la precariedad laboral, un incremento insostenible del precio del alquiler y una falta de red social sobre las que instituciones y Administraciones Públicas debemos hacer una profunda reflexión y acordar un pacto nacional de amplio espectro que tapone esta hemorragia social y ofrezca soluciones estructurales más eficientes”.

Frente a esta problemática, FACIAM, una red solidaria formada por 11 entidades que pretenden incrementar el impacto social en este ámbito y de la que forma parte San Juan de Dios, ha impulsado el proyecto Futuro&Co, donde se ofrece acompañamiento “a jóvenes de entre 18 y 29 años con el objetivo de transformar una situación de vulnerabilidad en una oportunidad de futuro”.

Objetivos fijados por ellos mismos

En dicha plataforma, “estos jóvenes tienen acceso a una vivienda desde la que trabajarán los objetivos que ellos mismos, con el acompañamiento de profesionales, se hayan propuesto para proyectar su futuro”. Dentro de FACIAM, la Orden Hospitalaria ofrece espacio en cuatro de sus centros: el Albergue San Juan de Dios y el de Santa maría de la Paz, en Madrid; el Sant Joan de Déu, en Valencia; y el Sant Joan de Déu Serveis Socials, en Barcelona.

A nivel de género, “las mujeres en situación de sin hogar son uno de los colectivos más vulnerables, pues en gran parte de los casos sufren una triple exclusión: por estar en situación de sin hogar, por ser mujeres y por ser víctimas de violencia”.

Realidad emergente

Así, aunque aún siguen siendo muchos más los hombres que duermen en la calle, la incidencia entre las mujeres “aumenta destacablemente”. Algo que aprecian en el Centro de Acogida San Juan de Dios de Málaga, donde “el número de usuarias de los servicios de ducha y lavandería es más del doble que el de hace un año. En Barcelona, la presencia de mujeres aumenta de manera destacable en los recursos residenciales de media y larga estancia, representando ya el 25% de las personas atendidas”.

Otro factor es que estamos ante una realidad “oculta”, ya que, como apunta Salvador Maneu, “las mujeres sin hogar están invisibilizadas. El femenino es un sinhogarismo con particularidades, pues a esta situación hay sumarle que muchas de ellas han sufrido abusos, violencia de género, tienen miedo de perder la custodia de sus hijos…”. Lo que se ilustra en un dato preocupante: “El 60% de las usuarias atendidas en el Centro Residencial de Inclusión La Llavor de Barcelona, dedicado específicamente a mujeres en situación de sinhogarismo, ha sufrido violencia machista”.

Atención especializada

En cuanto a “las personas que se encuentran en situación de sin hogar y que, además, presentan una patología mental”, San Juan de Dios reitera que “requieren de una atención muy especializada e integral”. Sin olvidar que “también se da, cada vez en mayor medida, el hecho de sufrir problemas de salud mental como consecuencia del sinhogarismo”.

En cualquier caso, “hablamos de contextos diversos y de gran complejidad que han de tratarse siempre desde un enfoque desinstitucionalizador, combinando diversas tipologías de dispositivos y recursos, centros de media y larga estancia, consultas externas, residencial y agudos, y en la rehabilitación y reinserción en la comunidad a través de centros especiales de empleo o pisos tutelados, a través de los que puedan iniciar un proyecto de independencia e integración social y laboral”.

Un espacio innovador

En este sentido, a principios de 2023, San Juan de Dios creó el Centro Errondo Gure Etxea, en el Hospital San Juan de Dios, de San Sebastián. Un espacio “innovador” destinado a “la atención integral de personas sin hogar y con problemas de salud mental”. Además, en 2025, la congregación “puso en marcha en Cataluña un hogar residencia para personas sin hogar con trastorno mental, con 30 plazas, en Lleida, y, en el Parc Sanitari SJD, hace más de 15 años que funciona el programa ESMES, dirigido a personas con trastorno mental grave que vive en la calle o en el centros residenciales propios de San Juan de Dios o de la red de atención específica”.

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