El Papa anima a las “autoridades de la fe” a no ser como escribas y fariseos: “Predican una cosa, pero después viven otra”

Francisco ha alertado en el ángelus sobre “la duplicidad del corazón, que pone en riesgo la autenticidad de nuestro testimonio y nuestra credibilidad de personas y de cristianos”

Durante el rezo del ángelus de este domingo, el papa Francisco ha lanzado una importante pregunta dirigida a los líderes de la fe: “¿estamos preocupados solo por mostrarnos impecables fuera, o cuidamos de nuestra vida interior en la sinceridad del corazón?”.



Y es que, reflexionando sobre la liturgia de hoy, en la que “escuchamos algunas palabras de Jesús que se refieren a los escribas y a los fariseos, es decir a los líderes religiosos del pueblo”. “Respecto a estas autoridades, Jesús usa palabras muy severas, ‘porque dicen y no hacen’ y ‘todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres'”, ha señalado Francisco, invitando a detenerse en “dos aspectos: la distancia entre el decir y el hacer, y el primado del exterior sobre el interior”.

En cuanto al primer aspecto, el Papa ha señalado que “estos maestros de Israel, que pretenden enseñar a los otros la Palabra de Dios y de ser respetados en cuanto autoridad del Templo”, pero Jesús “desafía la duplicidad de su vida”, ya que “predican una cosa, pero después viven otra”.

Unas palabras de Jesús, que, tal como ha señalado Francisco, “recuerdan a las de los profetas”, en particular Isaías: “Ese pueblo se me ha allegado con su boca, y me han honrado con sus labios, mientras que su corazón está lejos de mí”. Por ello, ha advertido de que este “es el peligro que hay que vigilar: la duplicidad del corazón, que pone en riesgo la autenticidad de nuestro testimonio y nuestra credibilidad de personas y de cristianos”.

Aparentar ser justos

“Todos nosotros experimentamos, por nuestra fragilidad, una cierta distancia entre el decir y el hacer; pero otra cosa, sin embargo, es tener el corazón doble”, ha continuado el Papa, “especialmente cuando estamos llamados –en la vida, en la sociedad o en la Iglesia– a revestir un rol de responsabilidad”. “Para un sacerdote, un trabajador pastoral, un político, un profesor o un padre, vale siempre esta regla: esto que dices, que predicas a los otros, comprométete tú a vivirlo primero“, ya que, “para ser maestros con autoridad es necesario ser primero testigos creíbles, como nos recordaba san Pablo VI”.

“El segundo aspecto viene como consecuencia: el primado del exterior sobre el interior”, ha continuado Francisco. “De hecho, viviendo en la duplicidad, los escribas y los fariseos están preocupados por tener que esconder su incoherencia para salvar su reputación exterior. De hecho, si la gente supiera qué hay realmente en su corazón, se avergonzarían, perdiendo toda su credibilidad”. Por este motivo, “realizan obras para aparentar ser justos, para salvar las apariencias”. “A veces, también en la Iglesia, estamos tentados de salvar la fachada, mientras deberíamos cuidar la interioridad, para poder ser cristianos coherentes y creíbles”, ha aseverado.

De esta manera, el Papa ha animado a hacerse dos preguntas: “¿tratamos de practicar lo que predicamos, o vivimos en la duplicidad? ¿Estamos preocupados solo por mostrarnos impecables fuera, o cuidamos de nuestra vida interior en la sinceridad del corazón?”.

“En nombre de Dios, detengan el fuego”

Al finalizar el ángelus, el Papa ha asegurado que sigue “pensando en la grave situación en Palestina e Israel, donde tantas personas han perdido la vida. Les pido que se detengan en nombre de Dios, que cesen el fuego”. “Espero que se recorran todos los caminos posibles para que se evite absolutamente una ampliación del conflicto, que se pueda socorrer a los heridos y que las ayudas lleguen a la población de Gaza, donde la situación humanitaria es gravísima”, ha afirmado.

Asimismo, ha pedido que “se libere inmediatamente a los rehenes entre los que hay tantos niños, que regresen a sus familias. Pensemos en los niños, en todos los niños involucrados en esta guerra, como también en Ucrania y en otros conflictos. Así se está matando su futuro. Recemos para que se tenga la fortaleza de decir basta”.

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