Argentina: la pastoral de adicciones reafirma que nadie se salva solo

La Iglesia argentina pidió asumir el compromiso y los desafíos que conlleva el consumo de drogas

Este 26 de junio se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, establecido por las Naciones Unidas; motivo por el cual la pastoral de adicciones que depende de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, emitió un comunicado, centrado en la cita evangélica de Lc. 10, 37: “Ve y haz tú lo mismo”



El mensaje busca recordar, concientizar y trabajar sobre este problema que afecta a todos los pueblos del mundo.

La organización que viene trabajando, saliendo al encuentro de los jóvenes lastimados, recibiendo la vida como viene, tal como pide el papa Francisco, asegura que a lo largo y ancho de nuestra Patria se comprueba “la tragedia cotidiana que avanza en espiral: la droga mata”.

Ante esta panorama, la propuesta de la comisión pastoral es proponer una camino de fe vivida en comunidad, en el que “la salvación y la liberación de la esclavitud de las drogas no es de a uno porque nadie se salva solo“.

Asumir compromisos

Asimismo, manifiestan que como Comisión son conscientes de la necesidad de asumir “los compromisos que conlleva enfrentar los desafíos que presenta el consumo de drogas“. Por eso insistieron en:

  • desnaturalizar el consumo, porque la droga mata siempre;
  • combatir la apatía, la insensibilidad y la indiferencia, porque la droga es un problema de todos;
  • gritar y clamar con vehemencia y desesperación: “¡Ni un pibe menos por la droga!”, porque la droga mata en las ciudades, pero sobre todo en los barrios donde los jóvenes pobres están en riesgo permanente;
  • decir NO a la despenalización de la droga porque la realidad misma confirma que la droga mata siempre, particularmente a los más vulnerables.

Reconocieron, ante las denuncias proféticas sobre lo que la droga generan en los jóvenes, el trabajo de tantos agentes pastorales que viven hasta el extremo este generoso servicio, sufriendo aún amenazas de muerte y “atropellos como tantos que hicieron de su vida una entrega martirial de amor”.

Afirmaron que depende del testimonio cotidiano y de la capacidad de diálogo con todas las instancias vinculadas a esta problemática, que los gobiernos vean en sus propuestas inspiración y profecía.

La comisión pastoral del episcopado argentino aseveró que cuando se pone al ser humano en el centro de las preocupaciones, “todo es posible y tiene sentido porque crece una vida plena para todos y todas, abrazando, conteniendo y ayudando a quien sufre”.

La propuesta es la misma que la que Jesús propone en la parábola Buen Samaritano (Lc, 10, 25-37). Nos dice cómo proceder ante situaciones de dolor, abandono y miserias humanas. “Curemos las heridas. Cubrámoslas con el aceite que alivia con nuestras propias manos. Devolvamos la esperanza a nuestros hermanos y hermanas maltrechos a orillas del camino. Ve y haz tú lo mismo…”.

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