Francisco anima a cultivar las vocaciones en un mundo en el que “la presencia de Dios se va desvaneciendo y la fe se debilita”

El Papa ha recibido en audiencia  a los participantes en la peregrinación de la Familia Vocacionista

El papa Francisco ha recibido en audiencia este lunes a los participantes en la peregrinación de la Familia Vocacionista con motivo del aniversario de su fundador, san Justino. Durante su discurso, el Pontífice ha recordado que “este carisma brota del deseo del joven Justino que, siendo todavía seminarista, sintió fuertemente en su corazón el impulso de cuidar las vocaciones, especialmente las del sacerdocio y la vida consagrada”.



Por ello, el Papa ha recordado la “gran necesidad que hay también hoy de cuidar las vocaciones”. Por ello, ha pedido a los presentes que no cesen en su empeño de “sembrarlas, prepararlas, hacerlas crecer y acompañarlas”.

Para hacerlo, ha dicho, lo primero es la oración: “Cada uno debe responder a esta pregunta dentro de sí mismo, no en voz alta, sino dentro de su corazón: ¿Rezo por las vocaciones? ¿O simplemente rezo un padrenuestro o un avemaría un poco apresurado? ¿Ofrezco una oración intensa por las vocaciones? La oración es la raíz de todas nuestras actividades y de todo apostolado”.

Comunicar la fe

“Las vocaciones, especialmente las de especial consagración, nacen a menudo de esta manera, en contacto con algún sacerdote o algún religioso que manifiesta una hermosa humanidad, una paz de corazón, una alegría invencible, un rasgo cariñoso y acogedor”, ha aseverado el Papa, “y es la oración lo que nos hace así”.

Del mismo modo, Francisco ha señalado que “no debe olvidarse la importancia del anuncio”, ya que “en el contexto cultural actual, en el que el sentido de la presencia de Dios se va desvaneciendo y la fe se debilita”. Y es que “puede suceder que las personas, especialmente los jóvenes, no son capaces de comprender el sentido y la dirección de sus vidas, y tal vez se contenten con vivir de día a día, o planificarlo sin cuestionar cuál es su camino, qué sueño tiene el Señor para ellos”.

“Es entonces”, ha manifestado el Papa, que “vemos la necesidad de volver a la evangelización: anunciar la Palabra, comunicar los contenidos de la fe de manera sencilla y apasionada, y acompañar a las personas en su discernimiento”.

Por último, Francisco ha animado a “cultivar y renovar siempre el espíritu misionero”. “Se trata de poner en circulación, en la vida de la Iglesia pero también en los diversos ámbitos de la sociedad en la que os operáis, todo lo que sea útil para comunicar la alegría del Evangelio, para el diálogo con los jóvenes, para mostrar cercanía a las familias, a las humanidades, especialmente las que se desarrollan en el ámbito educativo”, ha aseverado. “También así se lleva adelante la misión: hacerse capaces de acoger, de escuchar, de cercanía”.

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