Vida religiosa de América Latina conmemora su día con un llamado urgente: “Insistir en la utopía de lo comunitario”

Este 2 de febrero con la festividad de la Presentación del Señor se conmemora también la Jornada de la Vida Religiosa

Este 02 de febrero con la festividad de la Presentación del Señor se conmemora también el Día de la Vida Religiosa, por ello, la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) ha suscrito un mensaje en el que han llamado a sus hermanos consagrados a practicar cinco verbos.



Buscar, permanecer, gustar, insistir y ofrecer, bajo estos verbos, los religiosos y religiosas de América Latina quieren poner en práctica un modo de vida en sintonía con el actual camino sinodal para “devolver a los más débiles su porción de esperanza, de alegría y de dignidad”.

 Han rememorado el pasaje bíblico de Lucas, que cuenta la historia de la profetisa Ana y “con ella, agradecemos el don de nuestra vocación, la fe que permanece, la resistencia osada, la terca esperanza, la fecunda ofrenda de quienes reconocen que su vocación es ser en el tejido eclesial: mística, misión y profecía”.

 “Hacernos uno con Dios”

 En cuanto a los tres primeros verbos han señalado que: “BUSCAR es hacerlo en la oración que es el vínculo que centra el corazón, en la lectura creyente y esperanzada de la Palabra, en la inmersión gozosa de nuestra vida en tantos ‘templos’ existenciales y geográficos. Buscarlo en los recodos de nuestra historia y dejarnos sorprender por Él que llega, sí, llega siempre, para repoblarnos de vida nueva”.

 Mientras que PERMANECER trata de “como amigos de nuestro pueblo en los rincones en los que urge la buena noticia, allí donde la vida es más vulnerable, donde se amenazan los derechos humanos, donde la democracia se percibe más frágil y los sistemas corruptos y revestidos de consumo se jactan del poder que invisibiliza el bien común y aniquila la vida”.

 Para la Vida religiosa del continente GUSTAR se refiere a “las Presencias de Aquel que sacia nuestros anhelos, acogiéndole en medio de los encuentros cotidianos, en el canto, la celebración y la mesa compartida a la cual nos convida para hacernos uno en Él. Dejándonos abrazar por esa presencia que orienta nuestra travesía con el pueblo y nos convida al gozo del anuncio”.

Boquete de evangelio

Un punto clave – explica la CLAR –  está en “INSISTIR en la utopía de lo comunitario, en el espíritu de la Sinodalidad y los empeños por la reforma de lo que a fuerza de autorreferencialidad se ha hecho caduco. No desfallecer en el deseo de transformar el corazón, las actitudes, las instituciones. Tejer redes, buscar con otras/os, abrazarnos interculturales, arriesgarnos intercongregacionales, convertirnos pastoralmente hasta ser más y radicalmente itinerantes, sencillamente misioneras/os, radicalmente proféticas/os”.

 En el  OFRECER encuentran “nuestro servicio cotidiano, como parábola del Reino y expresión de comunión. Como la pequeña ofrenda que nos ubica en la lógica de lo germinal. Y sin descanso, ser en esta sociedad y en esta Iglesia amenazadas de división, las/os decididos guardianes de la comunión”.

 Por tanto, “las/os que reconocen los conflictos, verbalizan las carencias, no se niegan ingenuamente la realidad, pero le creen al Señor y por eso, propician el diálogo y el encuentro, tejen las redes y la fraterna-sororidad, abren las puertas, ensanchan la mesa y reconocen en el Magisterio del papa Francisco un boquete de evangelio y esperanza, a través del cual, el Espíritu se abre paso por nuestra historia”.

 Foto: Cathopic

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