La Iglesia de Bolivia quiere “facilitar” el diálogo social

  • La Conferencia Episcopal reclama negociaciones entre Gobierno y manifestantes, pero no será “mediadora”
  • Millones de bolivianos exigen al Gobierno de Luis Arce que no se demore el Censo de Población y Vivienda

Manifestaciones en Bolivia

Buena parte de la ciudadanía de Bolivia apoya y nutre las manifestaciones y huelgas contra el Gobierno de Luis Arce, en el poder desde 2020 y uno de los grandes hombres de confianza del ex presidente Evo Morales, siendo su ministro de Economía y Finanzas entre 2006 y 2017. La razón es la exigencia de millones de bolivianos, para 2023, de un Censo de Población y Vivienda, entendiendo que ya no es válido el vigente, de 2012. Tendría que haberse actualizado en este noviembre de 2022, pero Arce ya lo ha pospuesto a 2024.



Lo que debería ser un punto más de debate en la agenda política y social del país americano, ha derivado en una situación de enorme tensión, denunciando el Ejecutivo que el movimiento social auspicia en el fondo “un golpe de Estado”. Presunta conspiración contra la que Arce está movilizando al ejército y a la policía, que está cargando duramente contra la población. También, denuncian varios líderes sociales, se está movilizando a partidarios del Movimiento al Socialismo (MAS), impulsado por Morales, e incluso a grupos paramilitares, que serían los más violentos en la tarea de represión.

Clima de enfrentamiento

En este clima de enfrentamiento, la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) ha llamado en un comunicado al diálogo social, reclamando que “las partes en conflicto sean capaces de sentarse y dialogar sinceramente para caminar juntos en la mesa de concertación, con un espíritu abierto, sin amenazas ni intransigencias, y en búsqueda de la paz, la verdad y la justicia”.

En este sentido, el Episcopado ha mostrado su predisposición a “facilitar” dicho diálogo a nivel nacional. Eso sí, sin ser la Iglesia directamente “mediadora” entre Gobierno y manifestantes. “Creemos que es importante saber distinguir entre la tarea de mediación y la de facilitación. Por eso afirmamos que siempre estaremos dispuestos a orientar, ofrecer criterios, facilitar el diálogo, ayudar a llegar a acuerdos, pero no mediar”, aclaran los obispos.

Petición al obispo René Leigue

Según el diario local ‘Los Tiempos’, Rómulo Calvo, uno de los líderes principales de los manifestantes en Santa Cruz de la Sierra, donde el conflicto es más acuciante, ha solicitado oficialmente la implicación de la Iglesia, invitando a que asuma este papel al arzobispo local, René Leigue.

El prelado cruceño, aunque se mantiene en línea con lo expuesto por la CEB y por ahora no ejercerá dicha función de un modo oficial, sí se ha pronunciado estos días con mucha fuerza, liderando la exigencia de un diálogo concreto, sin prejuicios previos y con auténtico afán de llegar a acuerdos que desatasquen la situación.

El otro como enemigo

Así, ha denunciado que “estamos sufriendo por una mentalidad que no deja ver más allá; vemos al otro como enemigo y eso no nos deja avanzar”. Frente a ello, “una manera de salir de este problema es simplemente escuchar y ver a todos por igual, porque todos tenemos derecho, todos tenemos necesidades, pero no se puede (…) buscar justicia metiendo miedo. No se pueden solucionar los problemas ofreciendo golpes e incluso muerte”.

Alimentando la sospecha de que se prepara un golpe de Estado en su contra, el presidente, Luis Arce, ha decidido reformar la cúpula militar y ha designado como nuevo Alto Mando al general Hugo Arandia. El mandatario ha justificado su decisión de este modo: “Hoy Bolivia se encuentra nuevamente amenazada por aquellos que, incapaces de aportar a la democracia, apuestan por la confrontación y la violencia poniendo en peligro la convivencia democrática entre bolivianos”.

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