Más de 60 organizaciones católicas de mujeres llevan al Vaticano un informe en el que denuncian el sexismo en la Iglesia

Uno de los puntos más reveladores del documento es que, cuando las mujeres hablan de su experiencia de Iglesia, el término más utilizado es “frustración”

Una delegación del Consejo de Mujeres Católicas (CWC) ha entregado hoy en el Vaticano un informe que recoge su “frustración” por el “abuso de poder, el clericalismo, la discriminación, el sexismo y el miedo que experimentan en el escenario eclesial”.



Así, tal como recoge Europa Press, el CWC –que reúne a más de 60 organizaciones católicas de mujeres– entre marzo y junio de 2022, ha coordinado la reflexión, el discernimiento, la oración y la reflexión con mujeres de diferentes contextos. Este trabajo se puso en común en cinco encuentros de escucha internacionales y, este martes 4 de octubre, entregarán las conclusiones a la oficina del Sínodo sobre Sinodalidad del Vaticano.

Uno de los puntos más reveladores del documento es que, cuando las mujeres hablan de su experiencia de Iglesia, el término más utilizado es “frustración”. Y es que el documento subraya que las maneras en las cuales la Iglesia trata a las mujeres, así como la cultura de “supremacía masculina”, conducen a “la violencia de género y al abuso sexual y espiritual en la sociedad y en la Iglesia”.

Sacramentalidad del cuidado

El informe también explora los modos en que las mujeres de todo el mundo articulan una comprensión amplia de la vida sacramental y enfatizan que la Iglesia debe profundizar en el lenguaje de lo divino y en sus metáforas, de manera que ninguna persona, independientemente de su género o identidad sexual sea excluida.

Además, las mujeres piden al a Iglesia que desarrolle una “sacramentalidad del cuidado”, para que los cristianos y cristianas puedan responder mejor a las desigualdades del tiempo actual y puedan abordar de manera proactiva la devastación del planeta debido al cambio climático.

El informe concluye con una reflexión sobre cómo las mujeres católicas se mueven en la tensión entre “resistencia y esperanza” pues, según revela, para muchas mujeres se ha vuelto “demasiado difícil” participar en una institución que “se aferra a estructuras injustas”.

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