El legado de Argüello como secretario general: un documento sobre la “súper crisis” de la globalización

La Asamblea Plenaria aprobará en noviembre un texto reflexivo sin carácter doctrinal impulsado por el arzobispo de Valladolid que se llamará ‘Persona, familia y vida’

La próxima Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, que se celebrará entre el 21 y el 25 de noviembre, tendrá que buscar nuevo secretario general. Luis Argüello dejará el cargo tras ser nombrado arzobispo de Valladolid y lo hará con un legado documental: ‘Persona, familia y bien común’.



Según ha podido confirmar Vida Nueva, aunque el texto no irá firmado por el todavía portavoz del Episcopado, Argüello ha sido el principal impulsor y alma que tendrá que ser enriquecido y refrendado por los demás obispos españoles.

Contexto cultural

Hoy, en el transcurso de la rueda de prensa posterior a la Comisión Permanente celebrada en Madrid esta semana, él mismo presentó el texto como “unas reflexiones” que no tendrán un carácter doctrinal. Para el portavoz del Episcopado, urge abordar “la situación social de fondo en el contexto cultural actual”.  

Para Argüello vivimos “una súper crisis” destapada con la pandemia y la guerra de Ucrania en la que “se ha dado una patada al tablero de la globalización”.  “La Iglesia siente un desafío a una gestión de la globalización que no sea imperialista que no esté marcada por el poder del dinero y por el poder del poder”, subrayo, defendiendo a la par la apuesta económica planteada por Francisco.

Experiencia enriquecedora

Al paso, el secretario general hizo balance sobre su experiencia en estos cuatro años, que calificó de “enriquecedora” en lo personal, “muy gozosa” en el trabajo de puertas para adentro de la Conferencia Episcopal, pero con un sabor más agridulce en la labor de portavocía. “Para este viaje no sé si merece la pena tantas alforjas”, llegó a compartir sobre algunos episodios vividos, aunque remató con una valoración “positiva.

Sobre su relación con las administraciones públicas, detalló que son “complicadas” puesto que ha apreciado una “extraordinaria cordialidad en las formas y unas sorpresas extraordinarias en los desarrollos”. Como muestra, puso sobre la mesa el “valioso” acontecimiento con matices de la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la sede del Episcopado.

Futuro secretario

Preguntado por los candidatos a sucederle, expresó que “mal secretario sería yo si publicase conversaciones” sobre los nombres y perfiles que ya tantean los obispos. Eso sí, explicó que la Secretaría General y la Portavocía no tienen por qué ir concentradas en una misma persona. “Perfectamente puede estar desligado. Si está unido, facilita el conocimiento directo y fresco a la hora de comunicarlo, pero también es verdad que el trabajo de la Secretaría es muy intenso”, apuntó sobre una cuestión “siempre abierta”.

“Va a influir mucho en quien sea elegido su deseo de cómo quiere situarse ante el hecho de ser portavoz”, añadió, detallando que al portavoz lo nombra la Conferencia y no el secretario, aunque éste puede manifestarse al respecto.

Reforma educativa

Durante la rueda de prensa, también se abordó la “convulsa” aplicación de la nueva reforma educativa y la disparidad en lo que a la asignatura de Religión se refiere, con diferentes velocidades según las horas asignadas en cada Comunidad Autónoma.

Sobre la homilía de este fin de semana durante una ordenación diaconal en la que Argüello reflexionó sobre el uso del hábito y la sotana, expuso que “hubo un tiempo que yo viví no siendo cura en el que quitarse la sotana y el distintivo de ser sacerdote tuvo un componente revolucionario”. Así, recordó que les explicó a los diáconos que “no solo hay que ser sacerdote en el interior de la Iglesia sino presbítero fuera”.

El uso del hábito

“Desde mi experiencia personal, antes y después de ser obispo, la gente que te reconoce, en muchos viajes quieren conmigo por ser cura y me han pedido la confesión”, añadió, consciente de que “una propuesta de coloquio de lo que nosotros vivimos a veces parece trasnochado”, pero pasa por “hacer visible a Dios en un mundo secularizado”.

En torno al debate político sobre la subida o bajada de impuestos, sentenció que “el Estado del Bienestar tiene que dar una respuesta” a la crisis que sufren los ciudadanos, “Cual tiene que ser la respuesta fiscal es discutible”, desmarcándose de las opciones de los partidos. “Lo que no es discutible es que no se puede dejar a la gente tirada en la cuneta”, aseveró.

En esta misma línea, criticó en “postcapitalismo” asumido por grandes corporaciones y por gente que se cree muy de izquierdas”. “El postcapitalismo lo que quiere es menos gente, porque sobra gente por las máquinas y porque sobra gente porque hay que darles de comer”, denunció. Frente a ello, destacó el mensaje de esperanza de la Iglesia con el convencimiento de que “la medicina para un cambio de estilo de vida no se compra en una farmacia”.

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