Los médicos cristianos debaten sobre los límites de la medicina reparadora

Roma acoge el congreso de la Federación Internacional de las Asociaciones de Médicos Católicos

Roma ha acogido del 15 al 17 el XXVI Congreso Mundial organizado por la Federación Internacional de las Asociaciones de Médicos Católicos con la presencia de más de doscientos profesionales sanitarios de diferentes países bajo el lema ‘¿Medicina reparadora o transformadora?’. La Federación representa 120.000 miembros repartidos por todo el mundo en 80 asociaciones nacionales de todos los continentes, siendo la única organización de estas características reconocida oficialmente por la Santa Sede.



En el foro de diálogo, se han dado cita, desde especialistas en cirugía plástica, intensivistas y oftalmólogos que, de la mano de filósofos, teólogos e investigadores en materia de bioética han abordado las líneas rojas de la llamada medicina reconstructiva. La cita estuvo respaldada por el cardenal Peter Turkson, como canciller las Academias Pontificias de las Ciencias y de las Ciencias Sociales. El purpurado presidió una eucaristía en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro en El Vaticano.

Atentos a Ucrania

Si hubo un colectivo al que se le prestó especial atención fue a la delegación de Ucrania, que compartió los letales efectos en materia sanitaria de la invasión rusa, tanto en la población como en los profesionales médicos.  De hecho, en las últimas horas, el Ejecutivo ucraniano denunciaba que cuatro médicos han sido asesinados cuando hacían labores de evacuación en un hospital psiquiátrico en la provincia de Jarkov.

Entre las ponencias que más impactaron a los presentes, destacó la intervención de la doctora Lotte Voets, que describió los efectos de la eutanasia en la medicina geriátrica en los Países Bajos.

Temibles complicaciones

Ahondando en las aristas de la medicina restaurativa, entre los profesionales provenientes de Estados Unidos se puso sobre la mesa, tal y como expusieron ellos, “las temibles complicaciones que sufren quienes -por ejemplo- se someten a cambios de sexo, se amputan miembros o se practican mastectomías”.

Así, a lo largo de esta semana de encuentro se abordaron los aspectos médicos de la regeneración, distinguiendo lo que podría considerarse como una “legítima reparación” -unidad de quemados- de los que desde la Federación se califica como uso “ilegítimo”: la implantación de un órgano sexual artificial.

Límites patológicos

Desde un punto de vista filosófico, se reflexionó sobre los límites patológicos y traumáticos de estas intervenciones, tomando como base una antropología bíblica que da valor a la noción de unidad de la persona humana.

Ahondando en la perspectiva teológica, los profesionales presentes en el congreso apreciaron como “reparar es también reparar lo afectivo, el corazón, el alma”. Así, tomando como referencia a Cristo resucitado “con las huellas de la pasión”, se considera al médico como aquel que “trabaja en un verdadero proyecto de co-redención en el seno de una encarnación” en búsqueda de la “dignidad e integridad de la persona humana”.

En este sentido, desde la Federación Internacional de las Asociaciones de Médicos Católicos se distingue entre “reparar lo humano” frente a “transformar lo humano”, o lo que es lo mismo, el salto que lleva a la “transgresión de la ley natural, de la ley divina” por “placer”.

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