Conmovidos por la marginación y la exclusión al derecho de ser educados de miles de chicos, adolescentes y jóvenes, y ante la catástrofe educativa, los miembros de la pastoral educativa del Episcopado, manifestaron que no pueden permanecer indiferentes ante el dolor de las familias más humildes que no pueden remediar la realidad evitable de sus hijos escolarizados.
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A la luz de los logros de la educación pública de tiempo atrás, consideran que ahora hay un nuevo desafío de renovación creativa para las generaciones del presente y del futuro. Si bien hay otras prioridades en el país por la coyuntura sociopolítica “–quizá la más importante es el angustiante número de pobres e indigentes–”, consideran que los tiempos para revertir la situación educacional es urgente.
“En los procesos educativos, la persona del educando debe ocupar el centro. Exigen perseverancia, creatividad y una continua atención a cada individuo: es un oficio artesanal que dignifica al espíritu humano, donde la pasión y la alegría que causa la transmisión de saberes y la siembra cultural, no pueden estar ausentes”, aseveraron los prelados.
Estimaron, además que es necesario que los argentinos aborden con previsión y seriedad los temas importantes, pensar en soluciones integrales, con una mirada amplia, por encima de las contingencias, sin dejar de atender simultáneamente las urgencias sociales (alimentación, salud, trabajo, casa).
Según la Comisión, no puede atribuirse a la pandemia ni la tragedia educativa ni los crueles índices de pobreza que conocemos. “Todos intuimos que hay algo estructural en el sistema educativo argentino que causa una injusta desigualdad“, señalaron.
Educación: prioridad nacional
Los obispos propusieron, entonces, un encuentro amplio, en un espacio que alcance todas las zonas del país, donde se valore la educación como prioridad nacional, con espíritu de escucha, diálogo y respeto por las experiencias compartidas, que superen barreras, prejuicios y grietas para dar lugar a las ideas y al pensamiento creativo. La obra educativa merece el mejor de los esfuerzos para encontrar caminos de consenso y compromiso.
La motivación principal está en el lanzamiento del Pacto Educativo Global, propuesto por el papa Francisco. Allí animó a unir esfuerzos para una alianza educativa amplia. “En sus reflexiones nos vemos reflejados en gran parte de su diagnóstico, al mismo tiempo que nos sumamos a su deseo de que la educación no deje de ser un bien para todos, especialmente para las grandes multitudes en el mundo que hoy están excluidas de este derecho vital”, afirmaron.
Los entusiasma la idea de emprender un camino juntos, donde la amistad social de lugar a la acción propositiva y confiada; a una planificación a largo plazo, y los anima la esperanza de alcanzar consensos que abran las puertas de la escuela y sus posibilidades, sin excluir a nadie.
La propuesta
Los miembros de la Comisión Episcopal generarán círculos de discusión reuniendo a distintos actores: maestros, profesores, ministros y funcionarios de educación; legisladores de las comisiones de educación; representantes del ámbito académico, laboral, empresarial, organizaciones de la sociedad civil, de otras confesiones religiosas, de instituciones educativas estatales y privadas, confesionales y no confesionales. –.
Reflexionarán sobre áreas temáticas prioritarias (una por vez) entre octubre de este año y mayo del 2023, a partir de testimonios concretos de las comunidades educativas de todo el país. De ahí surgirán las propuestas que serán presentadas a los candidatos de los poderes ejecutivo y legislativo del próximo período, como un aporte para encarar las políticas públicas en materia educativa.
La propuesta de los encuentros (no necesariamente presenciales) se consolidará en un diálogo abierto no pautado, en el que solo se presentará un testimonio motivador que introducirá el tema desde las escuelas, abriéndose a debate la situación presentada para encontrar posibles soluciones. La secretaría del Pacto Educativo Argentino recogerá los aportes de los distintos círculos, con el objetivo de ordenar y elaborar las intervenciones en un documento de trabajo que será puesto a discusión en una segunda instancia (marzo – mayo 2023). Será conveniente redactar un documento final que exprese en forma fidedigna lo expuesto y compartido.
