Las actividades sugeridas por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) para pedir a Dios por la paz en el país, han tenido un gran respuesta en la comunidad católica, y por ello los obispos han lanzado una nueva iniciativa: llevar a los templos imágenes de personas que han muerto a causa de la violencia criminal.
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Esta actividad es parte de la ‘Jornada de oración por la paz’, convocada por la CEM, que inició el 10 de julio y que concluirá el próximo 31 con misas en todas las iglesias para pedir por la conversión de los victimarios.
La CEM había pedido que durante todo el mes se orara por las víctimas de la violencia, pero ahora ha sugerido esta actividad específica.
“Para el domingo 24 de julio, invitamos a llevar a los templos fotografías de las personas amigas o familiares que han perdido la vida a consecuencia de la violencia o que se encuentran desaparecidas”, señala un comunicado firmado por la CEM, por la Compañía de Jesús y por la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México.
Los obispos también pidieron a los sacerdotes del país que realicen una oración especial por ellas, “pedir verdad y justicia, y consuelo para sus familiares, todo esto como un gesto de acogida y memoria del sufrimiento de Cristo en nuestro país”.
Una gran respuesta
El episcopado mexicano manifestó su alegría y agradecimiento por la respuesta que las comunidades parroquiales, movimientos laicales e institutos de vida consagrada han tenido ante el llamado a la Jornada de Oración por la Paz, así como la solidaridad de otras tradiciones religiosas y grupos sociales que se han sumado a esta iniciativa.
Para los obispos, se trata de “un tiempo de gracia para reconstruir nuestra convivencia social tan dañada por la violencia; una vez más, Jesús Resucitado se nos presenta, cuando estábamos confundidos y encerrados, para enviarnos a trabajar por la paz”.
Los obispos consideraron que éste es un momento clave para recuperar la dimensión sagrada de la vida, reforzar el diálogo entre los diferentes actores sociales para lograr la unidad de comunidades fragmentadas y divididas, y caminar hacia la justicia, la reconciliación y la paz.
Por la conversión de los criminales
El episcopado, los jesuitas y los religiosos de México volvieron a lanzar la invitación para orar el próximo domingo 31 de julio, fiesta de San Ignacio de Loyola, por la conversión de los victimarios, y para que en México se logre realizar “la mejor política”, centrada en el encuentro, el diálogo, el consenso y la restauración de la comunidad, como ha pedido el papa Francisco.
Señalaron que la Iglesia seguirá reflexionando en lo que se necesita emprender en este momento crítico que vive el país, sin perder de vista y reconocer las propias omisiones y errores. “Hoy nos sentimos interpelados ante esta realidad y deseamos actuar de manera articulada junto con todos los que claman la justicia, la reconciliación y la paz”.
