“Es urgente reducir el consumo no solo de combustibles fósiles, sino también de muchas cosas superfluas; e igualmente, en ciertas zonas del mundo, sería conveniente consumir menos carne”. Esta ha sido la propuesta que ha hecho el papa Francisco en su mensaje a los participantes en la Conferencia Europea de la Juventud que se celebra hasta el miércoles en Praga.
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Y no, ni estamos en Cuaresma ni el Papa se ha pasado al veganismo. Pero sí que hace suyas las recomendaciones sobre el consumo de alimentos de origen animal compartidos por múltiples organismos internacionales para “ayudar a salvar el medio ambiente”.
La propuesta de Francisco ha sido puesta en valor por el ministro de Consumo del Gobierno de España, Alberto Garzón, quien ya desató la polémica hace unos meses por expresar la misma idea. “El compromiso del Papa con las transformaciones necesarias para tener un planeta habitable es muy importante”, ha dicho el político en Twitter. Y ha agregado: “Francisco también pide ‘consumir menos carne’ para proteger la ‘Casa común'”.
Crisis climática
Tal como ha advertido la FAO –organismo de Naciones Unidas para la alimentación con el que el Vaticano mantiene una estrecha relación, sobre todo, en cuestiones de lucha contra el hambre–, la huella ecológica de la producción y consumo de carne y otros derivados animales en los países desarrollados es una de las grandes responsables de la crisis climática.
“El sector ganadero contribuye significativamente al total de emisiones humanas de gases de efecto invernadero (GEI)”, señala la FAO. Y es que las emisiones del sector a nivel global representan ya el 14,5% de estos gases. Asimismo, la FAO señala que el crecimiento de las explotaciones ganaderas a nivel industrial son particularmente responsables de estas emisiones, a lo que habría que sumar las relacionadas de forma indirecta con esta actividad, como la deforestación para el cultivo de soja (esencial para los piensos) y el transporte.
