Francisco: “Jorge Mario Bergoglio le diría al Papa: ‘¡Pobre tipo! ¡La que te tocó!‘”

El Pontífice ofrece una amplía entrevista a la agencia de noticias argentina Télam en la que reconoce que la ONU “no tiene poder para parar la guerra de Ucrania”

¿Cómo miraría Jorge Mario Bergoglio a Francisco? “No sé cómo lo miraría. Yo creo que en el fondo diría: ‘¡Pobre tipo! ¡La que te tocó!’. Pero no es tan trágico ser papa. Uno puede ser un buen pastor”. Así ha respondido esta pregunta el Pontífice en una amplia entrevista de más de hora y media con Bernarda Llorente para la agencia Télam.



“Bergoglio nunca se imaginó que iba a terminar aquí. Nunca. Yo vine al Vaticano con una valijita, con lo puesto y un poquito más. Más aún: dejé preparados en Buenos Aires los sermones para el Domingo de Ramos. Pensé: ningún Papa va a asumir el Domingo de Ramos, así que yo el sábado viajo de vuelta a casa. O sea, nunca me imaginé que iba a estar acá”, ha explicado.

Por eso, “cuando veo al Bergoglio de allá y toda su historia, las fotografías hablan. Es la historia de una vida que caminó con muchos dones de Dios, muchas fallas de mi parte, muchas posturas no tan universales. Uno va aprendiendo en la vida a ser universal, a ser caritativo, a ser menos malo. Yo creo que todas las personas son buenas. O sea, veo a un hombre que caminó, que tomó una senda, con altos y bajos, y tantos amigos lo ayudaron a seguir caminando”, ha aseverado.

Y ha continuado: “Mi vida no la caminé nunca solo. Siempre hubo hombres y mujeres, empezando por mis padres, mis hermanos, una vive todavía, que me han acompañado. No me imagino una persona solitaria, porque no lo soy. Una persona que caminó su vida, que estudió, que trabajó, que se metió a cura, que hizo lo que pudo. No se me ocurre pensarlo de otra manera”.

Un hombre transformado

Sobre el cambio que ha experimentado desde que es papa, Bergoglio ha reconocido que “algunos me dicen que afloraron cosas que estaban en germen en mi personalidad. Que me volví más misericordioso. En mi vida tuve períodos rígidos, que exigía demasiado. Después me di cuenta que por ese camino no se va, que hay que saber conducir. Es esa paternidad que tiene Dios”.

En clave autocrítica, el Papa ha señalado que “hoy criticaría de aquel Bergoglio que, en alguna etapa, no siempre, como obispo que fui un poco más benévolo. Pero en la etapa de jesuita fui muy severo. Y la vida es muy linda con el estilo de Dios, de saber esperar siempre. Saber, pero hacerte el tonto como que no sabés y dejarlo madurar. Es una de las sabidurías más lindas que nos da la vida”.

La periodista, preguntándole sobre los vientos de renuncia, le confiesa verlo “muy bien”. “¿Tenemos Francisco para rato?”, ha preguntado. “Que lo diga el de arriba”, ha rematado Bergoglio.

Un Papa que obedece a un cónclave

Haciendo balance sobre sus más de nueve años de pontificado, ha recordado que “las cosas que hice no las inventé ni las soñé después de una noche de indigestión. Recogí todo lo que los cardenales habíamos dicho en las reuniones pre-cónclave, que debía hacer el próximo papa”.

“Entonces dijimos las cosas que había que cambiar, los puntos que había que tocar. Lo que puse en marcha fue eso que se pidió. No creo que haya habido nada original mío, sino poner en marcha lo que se pidió entre todos. O sea, no no son ideas mías. Eso que quede claro. Son ideas de todo el Colegio Cardenalicio que pidió eso”, ha agregado.

Preguntado sobre la fuerza que tienen sus palabras, el Papa ha afirmado que se sabe “disonante”. Así, cree que su voz “puede cambiar… pero no me la creo mucho porque te puede hacer daño eso. Yo digo lo que siento delante de Dios, delante de los demás, con honestidad y con el deseo de que sirva. No me preocupa tanto si va a cambiar o no va a cambiar cosas. Me cuadra más el decir las cosas y el ayudar a que se cambien solas”.

En este sentido, ha continuado: “Es verdad, si hablo yo todos dicen ‘habló el Papa y dijo esto’. Pero también es cierto que te agarran una frase fuera de contexto y te hacen asegurar lo que no quisiste decir. O sea, hay que tener mucho cuidado”.

“La ONU no tiene poder para parar la guerra de Ucrania”

Durante la amplia entrevista, también ha hablado sobre la pandemia, los jóvenes o la política. Y, por supuesto, sobre la guerra de Ucrania, dejando al descubierto su opinión sobre la ONU. “Después de la Segunda Guerra Mundial hubo mucha esperanza en las Naciones Unidas. No quiero ofender, sé que hay gente muy buena que trabaja, pero en este punto no tiene poder para imponerse. Ayuda sí para evitar guerras y pienso en Chipre, donde hay tropas argentinas. Pero para parar una guerra, para resolver una situación de conflicto como la que estamos viviendo hoy en Europa, o como las que se vivieron en otros lugares del mundo, no tiene poder. Sin ofender. Es que la constitución que tiene no le da poder”, ha subrayado.

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