El truco del Papa para casar a los hijos treintañeros: “¡No les planchéis las camisas!”

  • Francisco clausura el X Encuentro Mundial de las Familias que se ha celebrado esta semana en Roma
  • El Pontífice alerta en la homilía de los padres “ansiosos y sobreprotectores” con los adolescentes

Francisco ha clausurado esta tarde el X Encuentro Mundial de las Familias, el más atípico hasta la fecha, en tanto que Roma solo ha sido una sede volante, puesto que se convocó como una cita descentralizada para que se celebrara en las diócesis de todo el planeta de forma local, teniendo en cuenta las limitaciones de movilidad del coronavirus cuando se convocó.



En una eucaristía que no pudo presidir por su dolencia en la rodilla, Francisco sí pronunció la homilía en la que defendió que la apuesta por formar una familia, lejos de ser una “prisión”, se trata de una apuesta por la libertad, viviendo el matrimonio “como una misión”. Quien estuvo al frente de la celebración fue el máximo responsable de este foro, el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

Valentía para el ‘sí, quiero’

Con la espontaneidad que le caracteriza y dejando los papeles a un lado, Francisco admitió que hoy por hoy “se necesita valentía para casarse”. “Cuando alguna madre me ha dicho que le ayude para animar a su hijo de unos 37 años para que se case, yo le contesto: ¡No le planches las camisas! ¡Así le abres el camino!”, compartió entre bromas, arrancando el aplauso de los presentes. A partir de ahí, incidió en la idea de que  “el amor de los padres no tiene que ser posesivo, sino que debe impulsar a sus hijos a volar”.

Para el Papa argentino, “la familia es el lugar del encuentro, del compartir, del salir de sí mismos para acoger a los otros y estar cerca de ellos”. “Es el primer lugar donde se aprende a amar”, reiteró, alertando de aquellos padres que se llegan a convertir en “ansiosos” o “sobreprotectores”, especialmente con los adolescentes.

“Dios no es ansioso ni sobreprotector, sino que confía en sus hijos”, apostilló, para reivindicar una paternidad que ayude a los jóvenes “a descubrir su vocación para descubrir las dificultades de la vida”.

La libertad para los demás

“Todos vosotros cónyuges, formando vuestra familia, con la gracia de Cristo habéis hecho esta elección valiente: no usar vuestra libertad para vosotros mismos, sino para amar a las personas que Dios ha puesto a vuestro lado”, expuso el Papa ante las miles de personas que le escuchaban en la plaza de San Pedro.

“En vez de vivir como ‘islas’, os habéis puesto ‘al servicio los unos de los otros’, agradeció el pontífice, que ratificó cómo este es el modo de vivir “la libertad en familia”. “No hay ‘planetas’ o ‘satélites’ que viajan cada uno en su propia órbita”, detalló Jorge Mario Bergoglio.

Venenos del egoísmo

En este contexto, hizo un llamamiento para defender la familia “más que nunca”: “No dejemos que se contamine con los venenos del egoísmo, del individualismo, de la cultura de la indiferencia y del descarte, y pierda así su “ADN” que es la acogida y el espíritu de servicio”.

En los momentos de crisis de la familia, no tomen los caminos fáciles, vayan siempre adelante y redescubran el amor, que salda de adentro el amor de la primera vez”, aseveró.

Con esta preocupación de fondo, invitó a los participantes en el encuentro a “no tener otras prioridades, a ‘no volveros atrás’, es decir, a no echar de menos la vida de antes, la libertad de antes, con sus ilusiones engañosas”. Así, les explicó que “cuando Jesús llama, también al matrimonio y a la familia, pide que miremos hacia adelante y siempre nos precede en el camino, siempre nos precede en el amor y en el servicio”.

Por eso, lanzó un desafío a los presentes en la eucaristía conclusiva de este foro eclesial para conformar familias misioneras: “Que el amor que vivís entre vosotros sea siempre abierto, extrovertido, capaz de ‘alcanzar’ a los más débiles y a los heridos que encontráis a lo largo del camino”.

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