Los obispos mexicanos condenan el asesinato de un bebé dentro de una iglesia

Piden a los criminales arrepentirse y cambiar de vida, y oran para que las autoridades encuentren los mejores caminos de pacificación y de seguridad

bebé muere Fresnillo

La Conferencia del Episcopado México expresó su preocupación y tristeza por el reciente asesinato de un bebé de al parecer dos años dentro del templo de Nuestra Señora de Guadalupe en la ciudad de Fresnillo, estado de Zacatecas, por hombres armados.



Fue la tarde del pasado jueves 19 de mayo cuando varios sujetos armados ingresaron al templo en busca de una persona que se había resguardado ahí. Los hombres comenzaron a disparar y las balas alcanzaron al pequeño, mientras que la persona que iba huyendo resultó herida, por lo que fue trasladada a un hospital para recibir atención médica.

En un comunicado, firmado por el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Rogelio Cabrera López, la Iglesia en el país hizo votos para que las autoridades encuentren los mejores caminos de pacificación y de seguridad, así como por los criminales para que se arrepientan y cambien de vida.

Ser constructores de la paz

En el texto titulado “Todos podemos ser constructores de paz. Nadie tiene derecho de atentar contra la vida del hermano. La paz les dejo; mi paz les doy”, los obispos expresaron también su tristeza por el asesinato del padre José Guadalupe Rivas, de la arquidiócesis de Tijuana, y de la persona que fue encontrada a su lado.

En ese sentido enviaron condolencias a la familia del padre José Guadalupe y a la familia del otro hombre asesinado, lo mismo que al arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno, y a toda su Iglesia.

Para los obispos, con estos hechos queda demostrado que se están rebasando todos los límites de la violencia y del respeto humano, “al atentar contra un hombre de Dios, y al atacar a otro dentro del templo del Señor, el cual merece todo nuestro respeto”.

Insistieron en su llamado a todos para deponer las armas y acabar con toda forma de violencia, “pues todos podemos ser constructores de la paz. Nadie tiene derecho a atentar contra la vida de su hermano y no hay nada que justifique semejantes violencias. Oremos por todos para que nos convirtamos en constructores de paz”.

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