Chile: celebran 50 años de episcopado del obispo Ysern

  • Fue obispo de Chiloé por 31 años donde dejó profunda huella
  • Su sucesor, el clero y cientos de fieles le festejaron sus 50 años de obispo

 

Con una Misa en la catedral de Ancud, el obispo, clero y fieles de esa diócesis festejaron los 50 años de obispo de Juan Luis Ysern de Arce, quien fue pastor allí por 31 años.



Al inicio de la eucaristía, el actual obispo Juan María Agurto agradeció a Ysern su aceptación a compartir esta celebración, provocando un prolongado aplauso; también para los obispos presentes de Aysén, Luis Infanti, y de Osorno, Jorge Concha.

“Este es un momento de comunión, de sinodalidad, un pueblo que camina juntos descubriendo los dones que Dios nos ha dado, en este caso mirar el servicio pastoral de monseñor Ysern”, dijo Agurto. Al mencionar radio Estrella del Mar, la Fundación Amigos de las Iglesia de Chiloé y otras obras fundadas por Ysern durante su servicio pastoral, Agurto agradeció a tantas personas que, detrás de él, han hecho posible este caminar juntos como Iglesia.

Ejemplo al clero y al pueblo

A continuación, el obispo Infanti leyó el saludo del papa Francisco quien felicitó a Ysern “por su larga trayectoria en constante entrega apostólica a las comunidades eclesiales de Antofagasta y San Carlos de Ancud, así como también en el servicio de Administrador Apostólico de Calama. Teniendo presente que sirvió con ferviente trabajo pastoral ejercido con abnegación y generosa disposición hacia los pobres, siguiendo el modelo del Buen Pastor, permaneció como ejemplo al clero y al pueblo, en provecho de todos”.

También desde la Conferencia Episcopal de Chile, su presidente el Arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós, y el secretario general, Sergio Pérez de Arce, obispo de Chillán, le expresan que “hoy eres el obispo en vida más antiguo de nuestra Iglesia en Chile, y seguramente uno de los más antiguos del mundo. Pero más allá de estas cifras que son todo un récord, queremos agradecer tu fidelidad y tu entrega manifestadas durante tu ministerio”.

Luego le dicen: “Tu corazón de pastor te ha llevado a estar cerca de las personas y de las diversas comunidades a las que has servido, y tu espíritu inquieto y evangélico te ha permitido apoyar y defender la causa de los hermanos más pobres y pequeños, los preferidos de Cristo. Agradecemos tu amor al Señor y a la Iglesia, tu entrega larga a la Iglesia chilota, tu compromiso con la defensa de los Derechos Humanos, tu promoción y cuidado de la cultura y del patrimonio de Chiloé, y la defensa de las comunidades Huilliches de la Isla Grande, entre otros muchos motivos”.

Finalizan agradeciendo “que sigas con alegría y perseverancia, hoy ya con 92 años de vida, acompañando a tantos hermanos con tu reflexión, amistad, oración, tu servicio como canonista y tu ministerio episcopal. Dios te bendiga y te siga renovando en tu testimonio de fe. Bien vale para ti esta Palabra de Dios: “Los jóvenes se cansan y se fatigan; los muchachos tropiezan y caen, pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, vuelan como las águilas; corren y no se fatigan, caminan y no se cansan” (Isaías 40, 30-31)”.

¿Qué iglesia queremos ser?

Ysern nació en Valencia, España, en mayo de 1930. Ordenado sacerdote en junio de 1953, obtuvo la Licenciatura en Derecho Canónico en Salamanca y fue destinado a la parroquia de san Pedro, en Buñol. Llegó a Chile al inicio de 1959 para integrarse a la diócesis de Chillán donde colaboró en parroquia, fue Secretario Canciller y vicario general.

Consagrado obispo el 7 de mayo de 1972 para asistir como auxiliar del Arzobispo de Antofagasta, fue nombrado Administrador Apostólico de Calama donde estuvo hasta junio de 1974. Trasladado a la diócesis de Ancud fue su obispo hasta pocos meses después que cumplió los 75 años, en septiembre del 2005.

En su homilía, Ysern se preguntó ‘¿qué iglesia queremos ser?’ e invitó a los laicos a hacerse esa pregunta, considerando la historia, pero mirando hacia adelante para ver cuál es el mundo que debemos colaborar a construir, poniendo a Jesús en el centro.

Al término de la eucaristía muchos de los participantes se acercaron a saludar al obispo emérito, algunos notoriamente emocionados.

 

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