Juan Luis Ysern analiza el plan para resucitar del Papa en Vida Nueva: “Es un nuevo gesto de sinodalidad”

Está a una semana de cumplir 90 años y no deja de trabajar. Como Vicario Judicial de la diócesis de Talca desarrolla un programa de renovación en el clero para articular mejor la pastoral parroquial con el servicio canónico para los procesos matrimoniales. Es frecuentemente consultado por laicos, religiosas, religiosos y sacerdotes respecto a formas de participación para la actualización de la iglesia.



El obispo emérito de Ancud, Juan Luis Ysern, quedó sorprendido, primero, maravillado después, con la publicación en Vida Nueva de la meditación de Resurrección del Papa Francisco. Su principal sorpresa: que el contenido de esa meditación aborde el clamor de la humanidad: el coronavirus. Aunque hubiese querido tener más espacio para sus respuestas, contestó así nuestras preguntas:

PREGUNTA.- El Papa rompe una tradición al publicar su meditación en Vida Nueva, ¿cómo interpreta esto?

RESPUESTA.- En la estructura que desde hace tiempo tenemos en la Iglesia queda en la cumbre el Obispo, después el clero y sus colaboradores y en la base de la pirámide el pueblo fiel. Al dar vuelta a esa pirámide se coloca la mirada en el Pueblo de Dios que actúa con el impulso del Espíritu Santo y a su servicio está el clero y al servicio de todos el Obispo. Todos juntos en dirección al Reino. Con este gesto el Papa nos está diciendo que es un deber caminar como Iglesia sinodal para actuar en seguimiento de Cristo. Y esto es posible.

P.- ¿Cómo entiende este gesto de Francisco?

R.- En el esquema de Iglesia docente (obispo y clero) que enseña a la Iglesia discente (los fieles), el Papa se hubiera expresado a través de los medios propios de la Santa Sede o de alguna Conferencia Episcopal o de algún Obispo, señalando la dimensión de autoridad que corresponde a los obispos. Pero no ha actuado así. Veo al Papa ejerciendo su autoridad en actitud de servir y no de ser servido. Con ello lo veo cumpliendo lo que ha dicho en otras ocasiones: hacer un cambio de estructura institucional, dando vuelta a la pirámide.

Fraternidad Solidaria

P.- ¿Cómo es posible vivir ese caminar como Iglesia sinodal?

R.- Este “caminar juntos” del Pueblo de Dios lleva consigo dos rasgos que han de permanecer unidos: la colaboración que corresponde a todos los miembros, obispo y fieles, hombres o mujeres, cada uno según sus cualidades y carismas. El otro es la colegialidad que corresponde a todos los Obispos con el Papa y bajo su autoridad. Los fieles que caminan con su Obispo en un lugar concreto no forman una Iglesia independiente de las otras, con sus propios Obispos, porque todos forman un solo Colegio presidido por el Papa y por tanto cada fiel es miembro de la única Iglesia de Jesucristo enviada al mundo entero.

P.- La meditación de Francisco lee la realidad desde la experiencia de la resurrección, ¿qué le parece a usted?

R.- El Papa nos invita a no quedarnos asustados e instalados dentro del esquema institucional que conocemos. Al contemplar la Resurrección de Jesús lleva nuestra mirada al dolor en el mundo. En la situación actual de la pandemia nos hace ver la necesidad que tenemos todos de vivir con actitud solidaria. Esto es necesario para ser protagonistas en el camino que hacemos juntos atendiendo el dolor de tantos hermanos, saliendo del reservorio de esperanza, fe y caridad del que nos habla Francisco y empeñándonos en transformar la realidad para enfrentar las otras epidemias que nos acechan. El Papa es muy fuerte y claro cuando nos dice que “la globalización de la indiferencia seguirá amenazando y tentando nuestro caminar… Ojalá nos encuentre con los anticuerpos necesarios de la justicia, la caridad y la solidaridad”.

P.- ¿Cómo aplicaría usted el ‘Plan para resucitar’, de Francisco, a la estructura de la iglesia?

R.- Es necesario hacer activa la fraternidad solidaria aprendiendo a compartir la vida, dejando de centrar la vida en la acumulación de los intereses personales (dinero, prestigio, diversión, etc.), actitud característica del individualismo. Es necesario “resucitar” a la vida de auténtica fraternidad con Jesús lo cual supone crear comunidades vivas. Pienso que la Parroquia puede realmente ser multitud de pequeñas comunidades. Las tecnologías dan muchas posibilidades para esto, como estamos viendo en estos momentos.

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