María de los Dolores Palencia: “Seamos una Iglesia casa de acogida”

La religiosa e integrante de la Comisión de Contenidos del Celam conversó con Misión Celam, en torno a los compromisos de los participantes en la Asamblea

religiosa de la Congregación de las Hermanas de San José de Lyon e integrante de la Comisión de Contenidos del Celam

La experiencia de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe es un proceso que tiene que seguir, “pudiera parecernos lento, pero es importante cuidar el modo sinodal y participar en el camino como parte de la Iglesia universal, aportando las luces y riquezas con apertura a recibir contribuciones venidas de otros espacios”.



Así lo afirma María de los Dolores Palencia Gómez, religiosa de la Congregación de las Hermanas de San José de Lyon e integrante de la Comisión de Contenidos del Celam, durante la Asamblea Eclesial, quien conversó con Misión Celam, en torno a los compromisos de los participantes en la Asamblea, así como sobre aspectos de Aparecida, que aún merecen la atención de la Iglesia.

PREGUNTA.- A tres meses de efectuada la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, ¿qué frutos percibe?

RESPUESTA.- Movimiento, inquietud, deseo de participar y contribuir a un cambio. Hay incluso esperanza de una renovación profunda de la institución eclesial, interés en profundizar los desafíos y buscar caminos para enfrentarlos; se han generado encuentros y conversatorios, para escucharse y hacer escuchar su voz en preparación al Sínodo 2023.

P.- ¿Cuáles son los principales compromisos que adquirieron los participantes?

R.- Suscitar la comunicación y la esperanza; insistir en el modo sinodal de participación, escucha, diálogo y discernimiento. Impulsar el salir al encuentro de los alejados de la comunidad eclesial. Tener en cuenta a los pueblos originarios y afrodescendientes, así como a los jóvenes.

P.- ¿Qué realidades requieren más atención de la Iglesia hoy?

R.- Debemos revalorar e impulsar la participación activa de las mujeres; el protagonismo de los jóvenes; los pueblos originarios y afrodescendientes; la urgencia de la conversión ecológica integral, a partir de los cuatro sueños de Querida Amazonía. La transformación en la formación de los seminarios; el reconocimiento de las Comunidades Eclesiales de Base y de las pequeñas comunidades.

El tema de los abusos sexuales y psicológicos: seguir acompañando, previniendo, haciendo justicia, buscando medios profesionales de ayuda. Se habló de una Iglesia casa de acogida, que permita la integración de diversidades culturales, étnicas, sexuales.

Todas las víctimas de un sistema neoliberal

P.- ¿Qué aspectos de Aparecida merecen ponerse de nuevo en el centro de la acción eclesial?

R.- Los pobres, los sobrantes que Aparecida menciona en el número 65, todas las víctimas de un sistema neoliberal. Poner en el centro de la acción pastoral de los bautizados y bautizadas la vida crucificada de las personas en migración forzada, los refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos, deportados, víctimas de guerra y de violencia del crimen organizado, del narcotráfico, de intereses económicos, extractivismo, las personas encarceladas y otros. La violencia estructural e institucional desgraciadamente sigue siendo una realidad en América Latina y el Caribe. Además, la insistencia en Aparecida a abrirnos al diálogo ecuménico, interreligioso, multicultural.

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