La Plaza de San Pedro ha acogido esta mañana una celebración en honor de la Virgen de Guadalupe organizada por la Pontificia Comisión para América Latina. A diferencia que la eucaristía que el papa Francisco ha presidido en los años anteriores, la celebración ha incluido el rezo del rosario “por los descartados de las periferias” y el ángelus del pontífice. Además, siguiendo la tradición romana, muchos niños de los diferentes oratorios de las parroquias de la ciudad han acudido a la plaza este domingo con las imágenes de Jesús del Belén para que el Papa los bendiga.
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Además, al concluir la oración mariana, el papa Francisco ha tenido palabras de cercanía ante la situación que vive Ucrania “que las tensiones sean resueltas a través de un diálogo internacional y no con las armas”, en este sentido lamentó el incremento de la fabricación de armas. También recordó a las víctimas del tornado del estado de Kentucky, en los Estados Unidos.
En español el Papa saludó a los latinos y filipinos, reunidos en la oración. “Les felicito porque con este gesto se han unido a quienes desde Alaska hasta la Patagonia celebran a la Virgen de Guadalupe” y destacó el mensaje de las apariciones marianas porque “Dios, que es comunión, animará a la conversión y la renovación de la Iglesia y la sociedad que tanto necesitamos en las Amércas”. Y convocó a reparar el jubileo guadalupano del año 2031 y el de 2033, por un nuevo milenio de la redención.
También felicitó a Caritas Internacionales por su 75 aniversario. Es “la mano amorosa de la Iglesia” frente al descarte y la indiferencia. Alentó a todos los fieles a que se sumen a la campaña lanzada con este aniversario: «Juntos, actuamos hoy para un mañana mejor».
Un gesto concreto
Comentando el evangelio del tercer domingo de Adviento, Francisco invitó a preparar la venida de Jesús con “entusiasmo”, “la alegría de su venida nos hace decir: ¿qué haremos? Pero Dios eleva esta cuestión a un nivel superior: ¿qué voy a hacer con mi vida? ¿A qué estoy llamado? ¿Qué es lo que me llena?”, señaló.
Francisco destacó que “la vida tiene una tarea para nosotros”, “es un regalo que el Señor nos da, diciéndonos: ¡descubre quién eres, y trabaja para realizar el sueño que es tu vida! Cada uno de nosotros –no lo olvidemos– es una misión a cumplir”, invitó. Para el Papa, el adviento es el tiempo “para detenernos y preguntarnos cómo preparar la Navidad. Estamos ocupados con tantos preparativos, con regalos y cosas que pasan, pero preguntémonos qué debemos hacer por Jesús y por los demás”, añadió.
A partir del relato evangélico, el pontífice destacó que “la fe se encarna en la vida concreta. No es una teoría abstracta y generalizada, toca la carne y transforma la vida de cada persona” en la ayuda a los demás. Por ello invitó a hacer “un compromiso concreto, aunque sea pequeño, que se ajuste a nuestra situación vital, y llevémoslo a cabo para preparar esta Navidad”, como “llamar por teléfono a esa persona solitaria, visitar a ese anciano o enfermo, hacer algo para servir a los pobres, a los necesitados”, perdonar a alguien, clarificar una situación…
