El Papa en el ángelus: “Cristo no quiere servilismo a su alrededor, sino gente libre”

“Él no solo evita cualquier búsqueda de grandeza terrenal, sino que también hace libres y soberanos los corazones de quienes lo siguen”, ha dicho Francisco

francisco angelus jovenes

En esta festividad de Jesucristo, Rey del Universo, el papa Francisco ha salido, como cada domingo, a la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano para rezar el ángelus con los fieles y peregrinos de Roma. Hoy, además, ha estado acompañado por dos jóvenes de la diócesis de Roma con motivo del aniversario diocesano de la XXXVI Jornada Mundial de la Juventud.



Así, Francisco ha reflexionado acerca del tipo de soberanía de Jesús, ya que Él “no solo evita cualquier búsqueda de grandeza terrenal, sino que también hace libres y soberanos los corazones de quienes lo siguen”. Por ello, ha recordado que “su Reino es liberador, no tiene nada de opresivo. Trata a cada discípulo como un amigo, no como un sujeto”. De esta manera, al seguirle “no se pierde, sino que se adquiere la dignidad”, porque “Cristo no quiere servilismo a su alrededor, sino gente libre”.

Una vida libre

Francisco ha continuado sus palabras reflexionando acerca de “dónde viene esa libertad de Jesús”. “Su libertad proviene de la verdad. Es la verdad la que nos libera”. Sin embargo, “la verdad de Jesús no es una idea, algo abstracto: es una realidad, es Él mismo quien hace la verdad dentro de nosotros, nos libera de las ficciones y falsedades que llevamos dentro”. Por eso, “al estar con Jesús, nos volvemos verdaderos”.

De esta manera, “la vida de un cristiano no es una obra de teatro en la que puedes usar la máscara que más te convenga. Porque cuando Jesús reina en el corazón, lo libera de la hipocresía, del subterfugio, de la duplicidad”. “La mejor prueba de que Cristo es nuestro Rey es el desprendimiento de lo que contamina la vida, haciéndola ambigua, opaca, triste”, ha aseverado el Papa, sin olvidar que “por supuesto, siempre debemos lidiar con limitaciones y defectos: todos somos pecadores”. “Pero, cuando uno vive bajo el señorío de Jesús, uno no se vuelve corrupto, falso, inclinado a encubrir la verdad. No hay doble vida”, ha apostillado.

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