El cardenal Álvaro Ramazzini, obispo de Huehuetenango, Guatemala, aseguró que la violencia por el narcotráfico ha alcanzado a su país, y de ello ha podido ser testigo, pues la diócesis que gobierna pastoralmente comparte frontera con el estado mexicano de Chiapas y, por lo tanto, también esta problemática.
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De acuerdo con datos del gobierno guatemalteco, en ese país se registran al año 3.500 muertes violentas, la mitad de las cuales se deben a la acción del narcotráfico y las pandillas de delincuentes.
Fue en el marco de la conferencia de prensa diaria de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, que se realiza en la Ciudad de México del 21 al 28 de noviembre de 2021, donde el cardenal Ramazzini señaló que no sólo la violencia causada por el narcotráfico los interpela, sino también la migración.
“En este momento están atravesando el desierto de Arizona, el de Sonora, porque necesitan hacer algo para sus familias”, dijo el cardenal, refiriéndose a los miles de connacionales que se ven obligados a cruzar el territorio mexicano –el infierno, como ellos le llaman- en busca del sueño americano.
En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas, ha revelado que tan solo en 2020, migraron más de un millón 368 mil 431 guatemaltecos rumbo a Estados Unidos, en busca de mejores condiciones de vida.
Delincuencia juvenil
Asimismo, Ramazzini apuntó que otro problema que vive Guatemala, el cual comparte con El Salvador y Honduras, es la presencia de los ‘Mara Salvatrucha’, jóvenes pandilleros involucrados con la delincuencia organizada.
Esto denota –dijo el cardenal- una crisis muy profunda en la familia, además de una violencia que se ha institucionalizado en nuestros países; “ese tema a mí pastoralmente y humanamente me preocupa muchísimo porque no solamente va creando una situación de violencia, sino que también va creando toda una serie de irrespeto a la vida porque las actitudes de los ‘Mara’ son actitudes que no esperaría uno de un ser humano”.
En la conferencia de prensa también participaron el sacerdote jesuita Alfredo Ferro, de Colombia, quien es secretario ejecutivo de la Conferencia Eclesial de la Amazonia; la hermana María Inés Vieira, presidenta de la vida religiosa de Brasil y Yamille Morillo de República Dominicana, integrante de la Pastoral Juvenil Latinoamericana.
