El cardenal Omella pone a los pies del apóstol Santiago el sufrimiento por el volcán de La Palma y de las víctimas de abusos

“A ellos deseamos llegue no solo la oración, tan necesaria, sino la solidaridad de todos los pueblos de España”, ha dicho el purpurado en su ofrenda

“Ponemos ante ti el sufrimiento de los afectados por el volcán de La Palma. A ellos deseamos llegue no solo la oración, tan necesaria, sino la solidaridad de todos los pueblos de España”. De esta manera ha llevado ante el apóstol Santiago el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, uno de los mayores sufrimientos por los que atraviesa nuestro país en este momento. Asimismo, ha presentado a las víctimas de los abusos cometidos por algunos miembros de la Iglesia. “Nos causan dolor y vergüenza”, ha reconocido el purpurado ante la imagen del apóstol, a quien ha pedido, además, “que en las iglesias locales sepamos acoger y acompañar en su dolor. Estas palabras han sido parte de la ofrenda del cardenal en la catedral de Santiago de Compostela, donde ha tenido lugar la peregrinación de los obispos con motivo del cierre de la Asamblea Plenaria.



“Ponemos ante ti el empeño sinodal en el que está embarcado hoy la Iglesia”, ha continuado Omella, en un momento en el que “queremos discernir qué es lo que Jesús pide a la Iglesia en este momento”. Y es que fue precisamente el apóstol Santiago quien inició “en esta tierra un proceso profundo de evangelización que sigue dando frutos”.

Por su parte, el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, ha recordado que el Año Santo “es tiempo propicio para curar las heridas” y “para ofrecer a todos el camino del amor y la reconciliación”. Además, ha animado a la Iglesia a “reconocer con humildad lo que hemos hecho mal o podríamos haber hecho mejor”.

“No debemos recluirnos”

“Aquí se escuchan los ecos de nuestras iglesias particulares a través de sus pastores”, ha continuado Barrio, haciendo referencia a la presencia de los obispos españoles en Santiago de Compostela con motivo de la Asamblea Plenaria. “La responsabilidad por la verdad exige de la Iglesia un testimonio creíble en el testimonio de la fe. Cuando se renuncia a la diferencia entre lo que es verdadero y lo que es falso, el espíritu enferma”, ha apostillado.

“Llegáis como testigos de la esperanza de una sociedad occidental con el alma mermada. No son pocos los pensadores, fuera del cristianismo, que reconocen que necesitamos a Cristo”, ha recordado Barrio, apuntando asimismo que “solo la fuerza de Cristo puede ayudarnos a superar la debilidad mental y moral que estamos padeciendo. Y, con esta esperanza, no debemos recluirnos en nosotros mismos para protegernos. Hay una grieta en cada cosa, y es por ella por la que entra la luz”.

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