El cardenal Turkson hace un “llamamiento” a acabar con el “estigma” de las enfermedades mentales

El prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral publica un mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la salud mental este 10 de octubre

Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, este 10 de octubre, el prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, el cardenal Peter K.A. Turkson, ha publicado un mensaje en esta ocasión que la jornada pretende “llamar la atención sobre las desigualdades que existen en el tratamiento y la atención de las personas con enfermedades mentales”. Una problemática que supone que “entre el 75% y el 95% de las personas con trastornos mentales no pueden acceder a los servicios de salud mental” en los países con ingresos bajos y medios.



Violación de los derechos humanos

“Estereotipos, desconocimiento de temas específicos y desinformación”, acompañan a las personas enfermas, denuncia el prefecto que recuerda que “en todo el mundo se cometen muchas violaciones de los derechos humanos contra las personas con trastornos mentales: hombres y mujeres de todas las edades que ya sufren el estigma y la discriminación a la que están sometidos, lo que les lleva al aislamiento y la marginación”. Destaca, en este sentido, la tasa de suicidio entre los jóvenes.

“Se calcula que antes de la pandemia de Covid 19 casi mil millones de personas en todo el mundo sufrían trastornos mentales”, comenta. Ahora, las restricciones sanitarias “han sido una causa más de la soledad de las personas con trastornos mentales”. “La aparición de la pandemia, con profundas consecuencias para toda la población mundial, es sólo el factor precipitante de una crisis multidimensional que tiene su origen en políticas sociales, sanitarias y económicas inadecuadas”, constata. Además, “con la emergencia sanitaria, han surgido nuevas pobrezas que se suman a las fragilidades sociales ya conocidas, principalmente por la falta de trabajo”.

Una comunidad de buenos samaritanos

“Está demostrado que la pobreza y la desigualdad afectan al desarrollo psicológico y a la salud mental de las personas”, sentencia. Por ello, “para reducir la incidencia de los trastornos mentales asociados a las desigualdades sociales, es necesario adoptar políticas destinadas a mejorar el entorno físico y social del niño por nacer, así como las condiciones de vida durante la primera infancia, la edad escolar, el período de realización de los planes familiares y las ambiciones profesionales, y en la edad adulta”.

“Hago un llamamiento para que se tomen medidas para poner fin a este estigma, tanto personal como familiar, abordando las causas que conducen al rechazo y al aislamiento”, sentencia. Y es que, añade, “todos estamos llamados a estar cerca de nuestros hermanos y hermanas con trastornos mentales, a luchar contra toda forma de discriminación y estigmatización contra ellos”.

“Las palabras del Santo Padre nos dicen que la lógica del descarte y del rechazo es una lógica que subvierte la justicia social en el mundo”, señala el purpurado que aplica esta insistencia del pontífice al caso de los enfermos. “Esto subraya la necesidad de abandonar el paradigma actual de desarrollo para adoptar un modelo cultural que vuelva a poner la dignidad humana en el centro y promueva el bien para los individuos y para toda la humanidad. Es hora de volver a cuidar la fragilidad de cada hombre y mujer, de cada niño y de cada anciano, con la actitud atenta y solidaria del buen samaritano”, propone, pidiendo finalmente que se forme “una comunidad de buenos samaritanos”.

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