El Papa clausura el V Congreso Internacional ‘Explorando la mente, el cuerpo y el alma’ organizado por el Pontificio Consejo para la Cultura
Istanbul (Turkey), 07/12/2020.- Result of the Covid-19 patient's electrocardiogram (ECG) is seen on the window of the Intensive Care Unit (ICU) room at the Prof. Dr. Cemil Tascioglu City Hospital, in Istanbul, Turkey, 07 December 2020 (issued 09 December 2020). According to latest reports, Turkey recorded 33,198 new coronavirus infections on 08 December 2020, the highest daily number in Europe. Since the start of the Covid-19 pandemic more than 15,000 people have died in Turkey, including 211 health workers, who take care of coronavirus patients, according to Turkey Medical Association. Turkish government in November 2020 has signed a contract to buy 50 million doses of Chinese manufacturer Sinovac coronavirus vaccine 'ÄòCoronaVac'Äô, to be delivered in batches between December 2020 and February 2021. Turkey is also in talks to increase the amount of coronavirus vaccines from Pfizer and BioNTech companies, from initial one million doses. Healthcare workers, people aged 65 and above, disabled people, people who stay in shelters and those living in crowded places will be vaccinated in the first stage, Turkish Health Ministry said. (Turquía, Estanbul) EFE/EPA/SEDAT SUNA ATTENTION EDITORS: NAME OF THE PATIENT BLURRED / ATTENTION: This Image is part of a PHOTO SET
El papa Francisco ha cerrado el V Congreso Internacional ‘Explorando la mente, el cuerpo y el alma’ organizado por el Pontificio Consejo para la Cultura con otras instituciones internacionales con un mensaje en vídeo. Este evento, que se ha celebrado totalmente en línea comenzó el pasado 6 de mayo y se ha cerrado el día 8 ha estado dedicado a analizar “cómo la innovación y los nuevos sistemas de prestación de servicios mejoran la salud humana”.
El Papa alaba los avances científicos y médicos que, sin duda, “han abierto ante nosotros un horizonte de conocimientos e interacciones que hace unos siglos ni siquiera eran concebibles”. Por ello, ha reclamado que estos sean utilizados para el bien común de todos los enfermos, “sin disparidad alguna”.
Francisco agradeció las aportaciones de esta conferencia internacional en la que han intervenido muchos expertos porque “aúna la reflexión filosófica y teológica con la investigación científica, especialmente en el ámbito médico”. Por ello agradeció a quienes “han elegido como compromiso personal y profesional el cuidado de los enfermos y la ayuda a los más necesitados” durante la actual pandemia por el coronavirus, “que no cesa de cobrarse víctimas y pone a prueba nuestro sentido de la solidaridad y la fraternidad”.
Por ello, Bergoglio ha invitado a reflexionar “sobre modelos de sistemas sanitarios abiertos a todos los enfermos, sin disparidad alguna”. Por ello, en sintonía con el lema del congreso, hizo una llamada a considerar la integralidad de la persona ya que “ciertas dimensiones de nuestro ser, demasiado a menudo separadas hoy en día, en realidad constituyen entre sí un entramado profundo e inseparable”. “No somos solo espíritus; para cada uno de nosotros, todo comienza con nuestro cuerpo y más aún: desde la concepción hasta la muerte no tenemos simplemente un cuerpo, sino que somos un cuerpo –y la fe cristiana nos dice que lo seremos también en la resurrección–”, reclamó.
Para el Papa, “la historia de la investigación médica nos presenta, en este sentido, una dimensión del fascinante viaje del ser humano hacia el descubrimiento de sí mismo”. Además, ha querido poner manifiesto “la riqueza de las distintas medicinas de las diferentes civilizaciones del mundo”, dentro de los avances científicos y médicos.
“Un verdadero progreso del conocimiento que se ha traducido y se traduce en investigaciones más sofisticadas y en cuidados cada vez más adecuados y precisos”, destacó Francusco. “Un ejemplo de todo ello es el vasto campo de investigación en el ámbito de la genética, destinado a superar diversas enfermedades. Pero precisamente esta investigación plantea también algunas cuestiones antropológicas y éticas básicas, como, por ejemplo, la cuestión de la manipulación del genoma humano para controlar o incluso superar el proceso de envejecimiento, o para conseguir una mejora alterada del ser humano”, concluyó.