José Miguel Martínez Castelló: “La prisión es una metáfora para entender que las personas somos vulnerables”

El 6 de mayo se celebra la fiesta de san Pedro Nolasco, fundador de los mercedarios, quienes colaboran significativamente con la pastoral penitenciaria

“La fe solo se puede entender desde el servicio a los demás, porque cuando el papa Francisco habla de una Iglesia en salida y de periferias, se refiere a ir al encuentro de las personas que sufren, como los presos, a los que la sociedad olvida”. Son palabras de José Miguel Martínez Castelló, voluntario de la Pastoral Penitenciaria de Valencia desde hace 16 años y autor del libro ‘Esperanza entre rejas. Retos del voluntariado penitenciario’ (PPC, 2021).



Dignificar a las personas

Martínez Castelló se reencontró con “con la fe en la prisión” gracias a su madre y al sacerdote valenciano Joaquín Montes Mollá, el “Padre Ximo”, quien falleció en 2012 con 82 años tras ser durante más de 40 capellán de prisiones. “Noté la presencia de Dios en mi vida en la cárcel y lloré como nunca”, relata a la agencia AVAN a las puertas del 6 de mayo, día en el que se celebra la fiesta de san Pedro Nolasco, fundador de los mercedarios.

Para Martínez Castelló “como cristianos tenemos que buscar la autenticidad de la fe en esas historias que están rotas y, con nuestra presencia y ayuda, intentar volver a tejer esas vidas”. Por ello ha escrito este libro para “acercar la realidad penitenciaria, tan desconocida, a la ciudadanía, para dignificar a los internos y poner en valor a todos los actores que intervienen en una prisión”.

La prisión del confinamiento

“Fui asustado por lo que creía conocer de la prisión pero allí encontré mi paz espiritual, estuve hablando con presos y me sorprendió la figura del Padre Ximo. Me abrazó y me pidió enrolarme en la Pastoral Penitenciaria. Cuando volví a casa lloré como nunca y decidí ser voluntario”, relata el autor del libro recordando la misa del Domingo de Ramos de 2004 que vivió con su madre en el centro penitenciario de Picassent.

“Nunca digas que no vas a caer porque las prisiones están llenas de personas, de todo tipo y condición, que pensaban así. La prisión es una metáfora para entender que las personas somos vulnerables, nos equivocamos y necesitamos ayuda, amor y perdón”, advierte Martínez Castelló. Además, señala que “en el confinamiento que hemos vivido hemos podido comprender lo duro que es no tener libertad, y la prisión es el confinamiento puro. Por eso espero que esta pandemia sea el trampolín para abrir los poros de la sensibilidad de la gente respecto a los presos”, sentencia.

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